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Su deseo como madre, pena máxima a los asesinos de su hija

Foto(s): Cortesía
Citlalli López Velázquez

Oaxaca.- Nathalia Martínez contiene el aliento. Respira. Un silencio invade la bocina del teléfono. Con la fuerza del coraje afirma: “No me cansaré de buscar justicia. Así sea lo último que haga en mi vida, no descansaré hasta que los asesinos de mi hija cumplan la máxima pena en la cárcel”.


La mujer, al igual que muchas otras que han perdido a sus hijas víctimas de feminicidio, son el otro lado de la conmemoración del Día de las Madres.


Este 10 de mayo se cumplen cinco años desde que Nathalia Martínez halló el cuerpo sin vida de su hija Alma Deysi, de 15 años de edad, quien fue víctima de violación y asesinato por estrangulamiento.


A la pesadilla le siguió la indiferencia, burocracia institucional y difícil acceso a la justicia. Desde la detención de los asesinos de su hija, ocurrida hace tres años, el juez continúa sin emitir la sentencia condenatoria. Los inculpados recurrieron a todos los recursos para mantener la defensa.


“No quisiera pensar que la justicia no existe, pero hemos empezado a dejar de creer”, afirma.


El 8 de mayo de 2011, la adolescente de 14 años, fue reportada como desaparecida. El 10 de mayo de ese mismo año, su cadaver fue hallado.


El 4 de noviembre de 2013, la otrora Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) logró la detención de Julio César Heredia López, alias el Mimoso o el Monster, integrante de la banda de cholos Los 13.


Heredia López delató a su cómplice, Roberto Ortega Reyes, alias el Fox, y más tarde fue detenido Jesús Francisco Moncada Mateo alias el Moncada, quien también se encuentra tras las rejas. Los inculpados continúan en la pelea para lograr su libertad.


De acuerdo con Nathalia, la sentencia ha sido obstaculizada por las amenazas hacia los testigos por parte de la familia de los detenidos. A lo anterior se suma el constante cambio de manos del expediente.


Nathalia acudió el pasado viernes al juzgado séptimo de lo penal en donde le informaron que todos los asuntos llevados en este lugar fueron turnados al juzgado segundo. Ahí, “la ministerio público no sabía ni de qué le estaba hablando”. Con ésta es la tercera ocasión que el expediente es cambiado de ministerio público.


“Van a cumplir tres años encarcelados pero yo me pregunto; ¿Cuándo se emitirá la sentencia? ¿Cuánto tiempo más le dan a tipos que hacen tanto daño? ¿Dónde está la justicia? ¿Dónde quedamos como víctimas? Nos han dicho que la ley les da su tiempo, pero ¿cuánto tiempo les da? A mi hija no le dieron tiempo de crecer, ella iba a cumplir 15 años, no es justo lo que hicieron y que les den tiempo de defenderse”, reclama.


Sin duda -señala- la pérdida de una hija es algo irreparable, una herida que nunca sana pero que se hace más grande con el dolor de la impotencia al no poder tener acceso a la justicia.“Así sea lo último que haga yo voy a ver la sentencia”.

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