Agencia Reforma
CIUDAD DE MÉXICO.- Un océano más cálido también es uno más hambriento. Al menos así es para los peces depredadores, de acuerdo con un estudio del Instituto Smithsoniano, ubicado en Estados Unidos.
"Aguas más cálidas tienden a favorecer animales arriba en la cadena alimenticia, que se vuelven más activos y necesitan más comida. Y son sus presas las que pagan por esa actividad incrementada", explicó Emmett Duffy, director del Observatorio Marino Global de la Tierra (MarineGEO) del Smithsoniano.
Investigaciones previas apuntaban a que los depredadores eran más activos en los trópicos porque las altas temperaturas tienden a incrementar el metabolismo de los animales.
Científicos del Smithsoniano y de la Universidad Temple coordinaron investigadores en 36 sitios a lo largo de las costas del Atlántico y del Pacífico en América, desde Alaska hasta Tierra del Fuego. Todos llevaron a cabo los mismos tres experimentos.
El objetivo del primero era medir la actividad general de los depredadores a través de paletas o "pops" de calamar, instrumentos similares a las paletas de pastel o "cake pops". Se coloca un trozo de calamar seco en una estaca bajo el agua para atraer a los peces. Después de una hora, se revisa cuántos "pops" fueron devorados.
Así se determinó que en los sitios más cálidos la depredación fue más intensa, mientras que en aguas por debajo de los 20 grados centígrados la depredación fue casi de cero.
Amy Freestone, profesora de Biología en la Universidad Temple, explicó que este umbral de temperatura representa un punto de inflexión en los ecosistemas costeros marinos. Al sobrepasarlo, aumenta la intensidad de la depredación.
"Con el cambio climático, más aguas costeras excederán este punto de inflexión o se calentarán aún más cambiando fundamentalmente cómo funcionan estos ecosistemas", alertó.
