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En Alemania, caníbal fue condenado a cadena perpetua

alemania canibal
Foto(s): Cortesía
Agence France-Presse

En Alemania, un ciudadano germano fue condenado a prisión perpetua este viernes por un tribunal berlinés por haber matado, descuartizado y comido un hombre de 43 años a quien contactó por internet.

Stefan R., maestro de 42 años, fue declarado culpable de "asesinato" y "atentado a la paz de los muertos". 

Ante la gravedad de los hechos, a su condena se le agregaron condiciones que hacen casi imposible cualquier liberación anticipada.

Citas sexuales por internet

El 6 de septiembre de 2020, la víctima acordó un encuentro sexual con el acusado a través de una plataforma de citas. 

El hombre habría tomado un taxi para dirigirse al apartamento del sospechoso situado en Berlin-Pankow, al norte de la capital alemana. 

Stefan R. le habría dado un vaso con GHB, la "droga del violador", con la que habría perdido conocimiento. 

El acusado le cortó el cuello y lo dejó desangrarse, "porque eso lo estimulaba sexualmente", afirmó el procurador Martin Glage. Ya muerto, habría devorado una parte de sus miembros.

La investigación sobre su desaparición quedó en el aire hasta el descubrimiento en noviembre de 2020 por paseantes de osamentas en un parque del norte de Berlín.

La Policía localiza al asesino

 

La investigación comprobó que se trataba de restos del hombre desaparecido.

Al analizar el teléfono de la víctima los investigadores lograron identificar al taxista que lo llevó a la casa del acusado.

La Policía halló rastros de sangre, otras partes del cuerpo y varios instrumentos, entre ellos una sierra para cortar huesos.

"Había mucha sangre de la víctima", según Glage. No hay indicios de un crimen por consentimiento: la víctima "quería salir viva" de ahí, añadió.

Los investigadores revelaron luego que el acusado había realizado antes búsquedas "concretas y detalladas" en diferentes foros relacionados con el canibalismo.

El caso recuerda el de Detlev Günzel, excomisario de policía, reconocido culpable de haber matado y descuartizado a un hombre que le pidió lo hiciera y a quien encontró en un sitio internet de fetichistas de antropofagia. No se comprobó canibalismo. 

Otro caso que ocurrió en Alemania a inicios de los años 2000 fue el de Armin Meiwes, apodado "el caníbal de Rotenburgo", condenado a prisión perpetua en 2006 por un homicidio seguido de antropofagia, que fue completamente filmado.

El otro caníbal

De acuerdo a la enciclopedia de contenido libre, Wikipedia, el alemán Armin Meiwes es el denominado por los medios periodísticos Caníbal de Rotemburgo, debido al asesinato, posterior descuartizamiento y canibalismo de una persona, con la que había contactado por Internet, para satisfacer las fantasías de devorar y ser devorado.

Armin Meiwes tuvo una infancia feliz, rodeado de su familia y los múltiples animales que poseían en su casa en el campo. Su padre y hermanos se marcharon cuando todavía era muy joven teniendo que quedarse a cargo de una madre muy huraña y controladora. La soledad en que se veía inmerso lo obligó a crearse un amigo imaginario al que consideraba su hermano.

Cuando llegó a la adolescencia empezó a tener deseos sexuales hacia su hermano imaginario y otros chicos, con los que deseaba crear un vínculo muy estrecho, considerando el comerse a esa persona como el mayor estado de unión, al encontrarse así ésta dentro de él. En un momento dado se une al ejército, donde es reconocido y admirado por sus compañeros, dejando la soledad a un lado, junto con sus ideas y deseos sexuales.

Tras más de diez años de milicia deja el ejército, se centró en el cuidado de su madre. Al morir ésta, se siente liberado, empieza a buscar información y contactos por Internet relacionados con el canibalismo.​

La red de las perversiones

Así comenzaron sus primeros contactos alrededor del año 2000 en foros de Internet, un año después que su madre -con quien vivía- había fallecido. Primero un cocinero se ofreció a él y ofreció a dos de sus ayudantes para ser degustados. Armin habría tenido la oportunidad de matarlo y devorarlo. Sin embargo, ante las dudas de la víctima, lo dejó marchar. El banquete solo tenía sentido si la víctima también estaba de acuerdo en ser devorada.

En el chat conoció a Bernd Jürgen Brandes, un ingeniero de Berlín. La violencia y la tortura formaban parte de los rituales sexuales cotidianos de Bernd. Se citaron primero durante un fin de semana donde pusieron a prueba sus instintos caníbales. Tras la despedida en la estación, Brandes lo pensó mejor y llamó a Meiwes para que lo recogiese. Quería probar otra vez. Tras varias horas de conversación, Brandes quiso que el caníbal le amputase el pene. "¡Córtalo de una vez!", dijo la víctima. Con gran cantidad de alcohol y medicamentos, ya no sentía dolor. Bernd ingirió sus propios genitales. Meiwes cortó el pene en dos trozos y los cocinó para ambos.

En cuanto a los motivos que llevaron a la víctima a ofrecerse, Armin manifestó que no entendía el sentimiento de felicidad que Bernd experimentaba. Meiwes asesinó posteriormente a su víctima en la mesa de descuartizar y grabó todo en cámara de vídeo. Descuartizó el cuerpo, conservó la carne y la consumió durante los días posteriores. El asesinato ocurrió entre la noche y madrugada del 9 y 10 de marzo del 2001.

Los meses siguientes los pasó buscando nuevas víctimas. Esta actitud fue la que condujo a la Policía a desenmascararlo. Un estudiante de Innsbruck denunció a Meiwes, que aseguraba en diversos foros haber probado la carne humana. En el recuento de respuestas se registraron varios centenares de víctimas, dispuestas a dejarse devorar por un caníbal. La Policía lo arrestó un año después del asesinato, en diciembre del 2002.

Asesinato u homicidio consentido

El veredicto de los psicólogos y psiquiatras muestra que Meiwes no estaba loco cuando cometió el crimen, pero consideran que la víctima no podía pensar racionalmente. La fiscalía quiso juzgarlo por asesinato con motivos sexuales e imponerle cadena perpetua. El problema es que la víctima dio su consentimiento al asesino y la defensa usó este argumento para que se considerase como homicidio a petición, una especie de eutanasia ilegal, lo que llevaría a una sentencia de entre 6 meses y 5 años, anulando la consideración de que fue un asesinato.

Según el profesor Arthur Kreuzer del instituto de criminología de la Universidad de Gessen, el caso pudo marcar un hito en la historia judicial. "Es un asesinato convenido por víctima y asesino. No creo que pueda considerarse como el peor caso de asesinato premeditado" matizó el profesor. El abogado de Meiwes citó como una carta favorable que Armin dejó libres a cuatro personas que se habían ofrecido voluntarias para el sacrificio, por las dudas que mostraban. Su víctima dio el pleno consentimiento antes de que Armin lo matase.

El primer juicio llevado a cabo en enero de 2004, Meiwes es condenado a 8 años de cárcel, siendo este apelado por el fiscal por considerarlo muy benevolente.

El caso de Armin Meiwes conmovió a todo el mundo por su crueldad. Sobre todo por la popularidad que le dieron los medios de comunicación. El fallo judicial se enfrentó a problemas para condenar al acusado por asesinato, pero finalmente en el año 2006 Meiwes fue condenado a cadena perpetua por cometer un asesinato con motivos sexuales.

 

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