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Recobrará Yucatán su antigua aduana

Foto(s): Cortesía
Agencia Reforma

CIUDAD DE MÉXICO.- La cadena comercial Oxxo deberá restituir la Casa Escalante, uno de los inmuebles más antiguos de Progreso, Yucatán, que derribó para instalar una tienda.


Tras presentar una denuncia penal, el INAH demostró que la casa naviera y primera agencia aduanal de la ciudad era un monumento, emblema del puerto junto con el muelle, los almacenes, las plataformas y los rieles, entre otros testimonios del transporte e intercambio de mercancías.


"La casa está en un sitio muy visible. Su pérdida implicaba dejar un hueco, un baldío por quién sabe cuánto tiempo, una 'caries urbana', como le llamamos, porque el paisaje queda como chimuelo. Por tanto la idea de hacer una restitución resultaba una solución favorable para la ciudad desde el punto de vista del INAH", explica Arturo Balandrano, coordinador de Monumentos Históricos del Instituto.


La construcción del siglo 19, localizada en el número 126 de la calle 76, en el Centro Histórico, perdió su primera crujía y el pórtico de acceso el 11 de julio de 2014, cuando ingresó maquinaria pesada al predio.


El INAH suspendió la demolición e inició acciones legales por la destrucción del bien patrimonial, hasta lograr en 2015 una sentencia favorable y la reparación del daño.


"Es una arquitectura con características modestas, propias de la zona, pero en esta sencillez radica su belleza y sus valores. No necesita ser un monumento fastuoso, no se conservan solamente conventos del siglo 16 o catedrales, sino también estos edificios vinculados al comercio que formaron parte de la vida económica y el desarrollo cultural de los puertos", destaca Eduardo López Calzada, delegado de la dependencia en Yucatán.


REFORMA solicitó una entrevista con representantes de Oxxo. La empresa respondió con un comunicado: "En conjunto con el INAH se acordó la reconstrucción del pórtico que forma parte de un inmueble que hemos rescatado, y en el que actualmente estamos construyendo una tienda, de acuerdo a los reglamentos municipales y del INAH".


Añade que, en colaboración con el Instituto, han rescatado más de 30 predios en el Estado con apego a la ley.


El inmueble, que adopta el nombre del empresario y político yucateco José Gabriel E. Escalante Lara, recobrará ahora su estampa, como sucedió antes en Puebla con la Casa del Torno, del siglo 17, demolida en 2012 por la construcción del teleférico y cuyas obras para levantarla de nuevo concluyeron este mes.


La misma solución prevé Balandrano para una casona del 19 derribada en abril en el Centro Histórico de Parral, Chihuahua, donde las autoridades locales pretenden colocar una estatua ecuestre de Francisco Villa. En este caso, el INAH promovió también acciones legales.


Las restituciones de monumentos son válidas cuando se dispone de suficientes datos, pues no se admiten inventos ni especulaciones, previene el arquitecto.


"Si tenemos los planos, la información de cómo fue la técnica constructiva, de qué color era, su configuración, volúmenes, altura... toda esa información que puede venir de grabados, de dibujos, de planos, de fotografías y de muchas fuentes, puede restituirse la casa prácticamente como estaba. La Carta de Venecia lo dice: Tienes datos, puedes restituir. Se vale".


Pero los edificios históricos son recursos no renovables, aclara. Desaparece con ellos un legado, una muestra de cómo vivieron las generaciones pretéritas.


"Las restituciones de este tipo permiten mantener el carácter del lugar, aunque la autenticidad de la casa se pierde", apunta.


Desde hace un mes se trabaja en la restitución de la Casa Escalante a partir de un proyecto autorizado por el INAH.

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