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Incógnitas del pasado

Foto(s): Cortesía
Redacción

El día estaba lluvioso y el clima muy fresco; aún frente al perchero volvió a darse cuenta de la costumbre de abotonar su suéter sin fijar la vista en los ojales; solía sucederle con frecuencia que, terminados los botones, al final siempre veía la asimetría al no coincidir el lugar del botón en el ojal correspondiente, diciéndose en voz baja "¡otra vez!"; finalmente los desabrochaba para unirlos bien.


Salió a caminar sin abrir la sombrilla guardada en su bolso y prefirió disfrutar la llovizna que aún percibió como brisa en su rostro; frente a ella, a lo lejos vio un tenue arcoíris en lo alto de la montaña; esta escena y el clima, parece fue lo que hizo recordara cómo hasta sus once años de edad era el centro de la atención de su madre y hermanas, quienes la peinaban, abrochaban sus zapatos, trenzaban su larga cabellera, le compraban dulces, la mimaban al ser la hija menor de sus padres, ¡era de lo más lindo! pero las cosas se tornaron difíciles cuando se quedó en casa con sus padres porque sus hermanas cambiaron de residencia.


Desde su adolescencia pensaba acerca de sí misma, en su forma de ser y actuar, siempre procuraba ser prudente. Al caminar por inercia, observaba poco lo que veía en la calle, o a las personas, en ocasiones le decían que debía ser más incauta y atrevida. Sin embargo, era contradictoria porque aun con la pasividad que la caracterizaba, había ocasiones en que sentía se traicionaba, porque en ciertas situaciones se prometía ser rigurosa o seria, pues las circunstancias lo ameritaban, sobre todo en su decir y resultaba lo contrario, al expresar precisamente lo que se prohibía. A ella misma esa impulsividad repentina la sorprendía.


Buscaba ante todo su tranquilidad, hacía lo posible por acomodar sus tiempos y actividades de manera que nada la perturbara. Sin embargo, lo que echaba a perder esa ilusión es que siempre aparecían nuevas cosas en su vida que le requerían tiempo y algo que solía hacer era ser muy complaciente; esto ya no sabía si era virtud o defecto, al estar rebasada esa intención que siempre tenía en mente.


Continuará el próximo lunes…


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