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La Guelaguetza y sus cambios a lo largo de la historia de Oaxaca

Foto(s): Cortesía
Citlalli López Velázquez

Conocida como la máxima fiesta de Oaxaca, la Guelaguetza ha sufrido cambios desde las fechas de celebración, número de presentaciones, bailes y escenario, hasta convertirse en el homenaje racial más importante del mundo.


1932.- A convocatoria del gobernador de Oaxaca Francisco López Cortés, comunidades de las ocho regiones del estado se presentaron por primera vez a las faldas del Cerro del Fortín para ofrecer su Guelaguetza a través del baile. Debido a que este homenaje racial se realizó para conmemorar el 4to Centenario de la elevación de Oaxaca a ciudad, el encuentro se ejecutó el 25 de abril y no en julio.


1958.- El 21 de julio fue presentado por primera vez en el auditorio Guelaguetza la coreografía de Flor de Piña, una de las más emblemáticas de la fiesta de los Lunes del Cerro debido a la sincronía, belleza y alegría del baile. Fue el gobernador Alfonso Pérez Gasga quien envió un oficio a la presidencia municipal de San Juan Bautista Tuxtepec, a cargo de Ángel Vidal Brocado, en la que se solicitaba el diseño de una coreografía indígena para la partitura “Flor de piña”.


1969.- inició la adecuación del Cerro del Fortín pero fue en 1974 cuando el lugar fue inaugurado. En sus inicios el auditorio Guelaguetza fue un espacio con un diseño semicircular, en una colina semejante a los antiguos teatros griegos y romanos. La pendiente del cerro fue utilizada para hacer gradas.


2006.- Fue el único año en que no se llevó a cabo la Guelaguetza debido al conflicto popular magisterial que enfrentaba Oaxaca. Aquél 17 de julio la ciudad amaneció con barricadas y autobuses incendiados sobre la carretera del Fortín como parte de las acciones de protesta que sostenían  los integrantes de la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), luego del desalojo fallido al plantón que mantenían los maestros en el zócalo de la ciudad.


“La palabra guelaguetza deriva del zapoteco guendalizaa, que significa cooperar, pero en su concepción más amplia es una actitud, una cualidad con la que se nace, un sentimiento por medio del cual el zapoteca ama a su prójimo, un sentimiento de hermandad, de compartir la naturaleza y la vida”, explica Alejandro Toussaint en su libro Guelaguetza, la gran fiesta de Oaxaca.

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