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Un paisano de Zapata en Oaxaca

Foto(s): Cortesía
Redacción

El hombre dice que llegó a Oaxaca atraído por sus bellezas. “Tienen un país completo, que tiene de todo”, dice el jovial morelense.


Pero tardó dos horas para ingresar a la ciudad desde Viguera, en busca de una tienda del ISSSTE, que coincidentemente halló junto a la efigie de Emiliano Zapata, su paisano.


“Me llamó la atención la gente, el homenaje. Me siento orgulloso de él, pero en nuestro estado lo recordamos de otra manera, por su lucha agraria, por la defensa del campesino. Aquí veo que hay de todo, hasta protestas. Estoy de acuerdo con las movilizaciones pero que no afecten a los demás”, relata a un lado de la estatua del originario de Anenecuilco.



Oswaldo Arango Campos nació en Tlaquiltenango, uno de los 33 municipios de Morelos pero a la vez el más grande.


Llegó con su familia a visitar Oaxaca y se encontró con la sorpresa de los bloqueos y las protestas continuas. Pero le llamó la atención la colorida multitud en la estatua ubicada en el bulevar Eduardo Vasconcelos.


“Los que estamos ligados a orígenes campesinos, agrarios, los productores, herederos del trabajo y esfuerzo de Zapata y sus ideales, hacemos un esfuerzo por conmemorarlo todos los días. Actualizar la memoria de Zapata significa seguir amando la tierra, buscando los canales de comercialización para los productos; congruentes con su herencia, procuramos estar a su altura no solamente en su fecha de natalicio o aniversario luctuoso”, abunda.


--Llegó, vio el monumento a Zapata y a la gente, ¿qué le llamó la atención?


--Como morelense, es un imán irresistible, así que me acerqué. Si bien es cierto muchos mexicanos tienen una cosmovisión distinta a la nuestra, aquí veo que sí se inspiran en la tenacidad del general, pero nosotros nos enfocamos a la lucha agraria, al trabajo a la tierra, no con otra lucha.


“Creo que usan la imagen de Zapata para justificar movimientos que quizá no estén generalizados, es respetable, aunque al morelense lo identificamos con productividad de la tierra, con alimentos”.


--En Oaxaca, en México, hay muchas marchas y protestas…


--Es muy lamentable, cuando se acaban los recursos del diálogo y las instituciones; creo en lo personal que no es justificable que un padre de familia llegue tarde a su trabajo, que una madre llegue tarde con su niño a la escuela, o que una ambulancia retarde su servicio.


“No creo que la población deba pagar ese alto costo ni afectar su calidad de vida, porque mexicanos, por más justificada que sea su lucha, entiendan que afectan las vidas incluso, la violentan; no coincido con eso. Es lamentable porque Oaxaca es un país completo, ¡tienen todo!”.


Y el morelense se quedó a mirar otro rato a su paisano Zapata. Y se quedó a disfrutar luego de un desayuno oaxaqueño. Y también se animó a sortear por otros días las interminables manifestaciones.

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