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Tratadoras de agua, ineficaces y costosas en Oaxaca

Foto(s): Cortesía
Redacción

El sistema de drenaje es uno de los peores inventos de la humanidad, sostiene Álvaro Santiago López, ingeniero forestal encargado del Centro Demostrativo de Permacultura El Pedregal. Al menos, el 60 por ciento de agua que consumimos la tiramos literalmente por la tasa de baño.


A ello, agrega, las plantas de tratamiento de aguas residuales que se idearon para limpiar esas aguas son construcciones costosas que no funcionan pero que tampoco son la mejor garantía para resolver la reutilización del agua contaminada.


“Uno de los grandes problemas del drenaje, es que en Oaxaca tenemos más de 100 plantas de tratamiento de aguas residuales. Ninguna funciona. El problema es que quien la diseña no las construye y quien las construye no las opera”.



Los usuarios tampoco aportan un peso para la limpieza de las aguas residuales, los gobiernos municipales cobran el consumo del agua limpia.


“A parte de que las plantas nunca van a funcionar porque no hay una separación de aguas negras y aguas jabonosas. La idea de las plantas de tratamiento es que cuando tú vas a ese depósito y al final del último filtro, que es un espejo de agua, tú la puedes consumir o al menos te puede servir para lavar los trastes, bañarte. Desafortunadamente eso no pasa”.


El especialista pone un ejemplo: una familia de tres personas utiliza como mínimo tres veces para ir al baño, en cada ocasión que jale la palanca del baño usará 10 litros de agua, que implica por día 90 litros de agua que se van por el drenaje como mínimo por día. Aún falta, la que se usa para bañarse – al menos 20 litros por persona –, para lavar los trastes, para la limpieza de la casa.


“Agua que ya no va a regresar, porque está contaminada. Supongamos que tenemos el 100 por ciento disponible de agua, el 60 por ciento lo usamos – perdona la expresión – para cagar”, apunta.


Álvaro Santiago explicó que el trabajo que realizan como ambientalistas es en la Cuenca de los ríos Salados y Atoyac dentro de la cual se encuentran 205 municipios, 203 del estado de Oaxaca y dos del estado de Guerrero. En esta cuenca se encuentran alrededor de dos mil 50 localidades y alrededor de 16 mil 800 metros cuadrados de vegetación.


La quinta parte de la población de esta cuenca vive en la ciudad de Oaxaca. El problema, dijo, es que desafortunadamente la cuenca está contaminada porque no se sabe qué hacer con las aguas negras.


“Para nosotros es demasiado importante la cuenca, desgraciadamente no la cuidamos. Planear ciudades sería importante porque el desperdicio fuera menor”.


Una de las alternativas para las ciudades, dijo, es separar el agua pluvial y el agua jabonosa para tratarlas de manera diferente porque es complejo que la población cambie de hábitos, como sustituir el sanitario inglés por un sanitario ecológico.

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