TLACOLULA DE MATAMOROS, Oaxaca.- Los efectos del cambio climático alcanzaron a este municipio zapoteco, porque dejó de ser uno de los principales productores agrícolas de los Valles Centrales, ante el decaimiento de sus unidades de riego, que usaban el caudal de los ríos Seco y Salado, ahora casi desaparecidos.
La presa derivadora del río Seco, sin agua. FOTO: Carlos Román Velasco
Ambas, regaban más de 500 hectáreas de maíz y otras tantas de frijol y calabaza. La producción del cultivo de maíz, aparte de que se destinaba para el autoconsumo familiar, una gran parte se comercializaba en otros estados.
Decenas de toneladas eran trasladadas por tren hacia Tehuacán, para su venta en Puebla, o para su posterior desplazamiento a Veracruz.
Campos abandonados
Yacen abandonados los canales de la unidad de riego Rhu Gueubeh. FOTO: Carlos Román Velasco
Sin embargo, esos enormes campos ahora se encuentran estériles, polvorientos y abandonados. Quienes antes los trabajaban, ya envejecieron; y sus hijos, prefirieron dedicarse a otras actividades o migrar a la ciudad de Oaxaca, a otras entidades e incluso hasta los Estados Unidos, por la escasez de agua provocada por la caída errática de las lluvias.
Aunque las lluvias no servirían de mucho ante la gran contaminación en el cauce del río Salado, por las aguas negras que vierten la Villa de Díaz Ordaz y este municipio. Sería increíble que algún campesino se atreviera a regar sus tierras con esa agua, a sabiendas del riesgo a la salud que implicaría.
Estanque apestoso
Un estanque de agua verdosa, espumosa y pestilente, por la contaminación. FOTO: Carlos Román Velasco
De hecho, la represa de la unidad de riego Benito Juárez, creada por el español Félix Ortega Oledo en el año de 1917, sobre el cauce del río Salado, es en la actualidad un estanque de agua verdosa, espumosa y pestilente, por la contaminación.
La que sí se podría salvar sería la unidad de riego Rhu Gueubeh (Hoyo de Hormiga en castellano), construida en 1878, que utiliza agua del río Seco, por estar libre de contaminación, aunque necesitaría la rehabilitación de sus canales.
La falta de agua ha afectado bastante porque la gente tiene que comprar el maíz para su autoconsumo o en su defecto, dedicarse al comercio o migrar a otras entidades del país o a Estados Unidos".
Álvaro Iván Jonapa López, presidente de la unidad de riego Rhu Gueubeh
