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Río Salado: aguas contaminadas que matan

Foto(s): Cortesía
Redacción

El dolor de cabeza es frecuente, los niños sufren náuseas, diarrea e infecciones de la piel.


En su travesía hacia el Centro de Educación Preescolar Luis Urbina, de la populosa colonia Las Moras, varios niños de la colonia La Soledad han caído accidentalmente en la corriente de aguas negras del río Salado.
Cuando eso ocurre, ya no llegan a sus clases. Los maestros no los reciben con ropas mojadas por aguas negras, expone Luisa Martínez Manuel.


Es el desafío que enfrentamos todos los días los habitantes de las colonias Las Moras y  La Soledad, divididos y aislados por la corriente de las aguas residuales y la basura que arrastra el río Salado, dice el maestro carpintero Bonfilio Roque Yescas.


 


Los pobladores


Número de habitantes de la colonia Las Moras: tres mil
Cifra de habitantes de la colonia La Soledad: cuatro mil


 


La única exigencia


Ambos asentamientos irregulares pertenecen al municipio de San Antonio de la Cal, declarado Cuna de la Tlayuda por los habitantes de su casco urbano. En abril próximo realizarían su sexta Feria de la Tlayuda.
La exigencia de las humildes familias que duermen y despiertan con la fetidez de ese foco de infección, es una: entubar a la brevedad las aguas negras del río Salado.


Tomás Velasco Ramírez, quien vive en la colonia La Soledad, explica: Llevamos más de diez años exigiendo que la autoridades de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y el gobierno estatal, den respuesta a nuestra exigencia; pero hemos confirmado que este grave problema de salud pública no es una prioridad para las autoridades.


Entubar las aguas del río Salado, a la altura de las colonias Las Moras y La Soledad, es demasiado, expone Mariana Miguel Rojas.


Nos conformaríamos con la construcción de un puente peatonal que una a las dos colonias. Había un puente provisional con tiras de madera, pero la gente no lo usaba porque se movía mucho cuando lo atravesábamos.
Recuerda que hubo un periodo de lluvias abundantes y al aumentar la avenida, las aguas se salieron de su cauce y se llevó el puente. "Río arriba existe un puente peatonal, pero nos queda muy lejos".
 


Múltiples desgracias


Rogelio Santiago recuerda las múltiples desgracias materiales en ambas colonias cuando se desbordaba el río Salado. Costó muchas vueltas para que la Comisión Nacional del Agua construyera gaviones en los puntos más vulnerables.
El río Salado que divide a las colonias Las Moras y La Soledad, es atravesado todos los días por cientos de estudiantes de preescolar y primaria, obreros y amas de casa.


 




Parte de la colonia Las Moras cuenta con una red de drenaje, pero inservible por azolvado. FOTO: Emilio Morales

 


Los sufridos habitantes aprovecharon los fragmentos de una plancha de concreto que alguien arrojó como escombro y los colocaron en el lecho del río para evitar el contacto con las aguas residuales.
El obrero Tomás Velasco explica que los adultos no tienen mucho problema para saltar de una a otra plancha, pero en cambio muchos de los niños no calculan y caen a las aguas negras que en bruto corren a cielo abierto.
 


Peligrosa penumbra


Para Luis Mario Reyes, el problema más grave para los habitantes de la colonia La Soledad, es en la noche, porque ese paso obligado se convierte en una "boca de lobo".


Para pasar de la colonia Las Moras a La Soledad y viceversa, los colonos desafían en uno de los extremos del río el engavionado construido por la Conagua. Lamentablemente, varios niños y personas de la tercera edad, en su intento han resbalado y son auxiliados hasta que pasan otras personas.


Bonfilio  Roque Yescas, agrega: "Aun con toda la fetidez que emana del río Salado, podemos decir que la contaminación se encuentra todavía en niveles tranquilos". El grave problema está por venir cuando aumente la temperatura. Las aguas se convierten en criaderos de millones de moscas y mosquitos transmisores del dengue y el zika.
El año pasado fueron reportados cientos de casos de dengue, pero las autoridades sanitarias siempre minimizaron el problema.
 


San Antonio de la Cal


Se remonta hacia el siglo 15. De acuerdo con los escuetos datos históricos, fue fundado por familias de Santa Catarina Minas, Ocotlán de Morelos. Antiguamente, gran parte de los habitantes se dedicaban a la quema de piedra de cal para la construcción y otras actividades cotidianas. Procesaban y comercializaban la cal como principal fuente de sustento.


 




Familias de la colonia La Soledad, en su difícil travesía. FOTO: Emilio Morales

 


Refieren que antiguamente había en el centro de la población tres grandes árboles de higos, y que en uno de éstos se apareció la imagen de San Antonio Abad, hecho suficiente para que los habitantes construyeran en ese lugar el templo de la comunidad.


Actualmente, la mayoría de las mujeres se dedican a la elaboración de tortillas tlayudas que comercializan en los principales mercados de la ciudad de Oaxaca y otro tanto venden en la capital del país.
Para despertar el interés de los turistas, los habitantes realizaron hace seis años la Primera Feria de la Tlayuda. A partir de ese acontecimiento, declararon Cuna de la Tlayuda a su comunidad.

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