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Regreso a clases en Oaxaca... y vuelve el caos vial

Foto(s): Cortesía
Redacción

El regreso a clases, sumado a las obras públicas iniciadas en las últimas semanas en diversas puntos y vías de la ciudad, llevó a que el día de ayer la capital de Oaxaca viviera conflictos viales perjudicando a habitantes para quienes fue imposible llegar a tiempo a sus destinos.


Según datos de la Secretaría de Educación Pública, 25 millones 608 mil 303 estudiantes de educación básica: preescolar, primaria y secundaria, regresaron a clases con el ciclo 2017-2018 este lunes 21 de agosto. En Oaxaca fueron poco más de un millón 300 mil pequeños y, en la capital, esto se tradujo en cambio importante en la carga vehicular y en el tránsito matutino derivado del regreso de los niños a la escuela.


La carretera federal 190 está en obra por repavimentación desde hace más de una semana, son diversos tramos los que están bajo rehabilitación. Justo en el cruce del crucero de Viguera, del lado del Libramiento Atoyac, los tres carriles fueron retirados y, aunque el paso está abierto, los vehículos se ven obligados a reducir la velocidad por los baches que produce la reparación.



Tránsito cargado por el regreso a clases. FOTO: Emilio Morales

El pesado tránsito de días pasados se agudizó con el regreso a clases; el conflicto inició aproximadamente a las 7:30 horas provocando que los autos se detengan en el perímetro del monumento a Juárez durante más hora y media. Otro tramo que causó tumulto fue el cercano al Monumento a la Madre, al inicio a la subida del cerro del Fortín.


El caos y el peligro


La señora Rebeca Cruz peina con las manos a su hijo pequeño y comenta: “Con las obras se levantó toda la tierra y ahorita que atravesamos corriendo se llenó la cabeza y la ropa, parece que venimos mugrosos, qué mala impresión para el primer día de escuela. Luego, una moto casi nos atropella, como lo único que quieren es pasar primero, se van entre los carros sin fijarse y ya mero uno nos golpea. Salió de la nada", explicó.


La poca organización que existe en el sistema de transporte colectivo también suma a las afectaciones a la movilidad vial; con ambos ingredientes, crece la probabilidad de afrontar un choque vehicular y se expone a los peatones.


Padres de familia, estudiantes y trabajadores esperaron con angustia que pasara el camión con dirección a su destino, sin embargo, la acumulación de varias unidades en una misma parada hizo que algunos conductores de urbanos tomaran la decisión de no detenerse a subir usuarios, lo que hizo más tardado el traslado, puesto que los pasajeros debieron esperar impacientes a que otra vehículo se detuviera por ellos.



Sin taxis disponibles. FOTO: Emilio Morales

Desesperación


En una parada de autobún del rumbo de Santa Rosa, María Fernanda espera acongojada a que un autobús de la ruta 15 pase pronto y pueda abordarlo: “Llevo más de 15 minutos, salí temprano para llegar a la escuela, pero ya pasó mi camión y no me hizo la parada, había otros colectivos aquí subiendo gente; con el tráfico se desesperan y, cuando ven tantito libre, 'agarran' (sic) vuelo y ya no se quieren venir a formar atrás de otros camiones; mejor se siguen. A ver cuánto tiempo más espero para que pase otro y ojalá sí se pare esta vez”.


Valeria Ramos lleva el conteo de la entrada y salida de un sitio de mototaxis: “se sintió más movimiento, desde temprano. Sabíamos que esto iba a pasar, hubo más unidades activas antes de lo que acostumbramos. Creo que nada más va a durar hoy y mañana, ya después se calma la cosa. Está bueno porque trabajamos mucho y nos va bien. Para las mototaxis está más pelado el camino que para otros colectivos, porque son más chicos y luego les echan el carro, los respetan menos y es más peligroso para la gente, los clientes prefieren un taxi normal pero hoy no les queda de otra.”



Padres y alumnos esperan con ansia el transporte público. FOTO: Emilio Morales

Irritación en el centro


Otro conflicto fuerte en caminos menos grandes se presenta en alrededores y acceos de las escuelas que se encuentran en calles del centro. Laura López, oficinista afectada, opina: “Es un abuso, yo creo que es mucha prepotencia por parte de los papás que vienen a dejar a sus hijos y no ven que todos llevamos prisa. Les vale, se bajan y tardan mucho en seguir, ponen sus intermitentes, como si con eso fuera suficiente. Luego no falta el que hace doble fila, les dices algo y se enojan. Peor cuando son de escuela de paga, se sienten intocables. Ahí es donde deberían intervenir los de tránsito, ponerse las pilas en estas fechas.”

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