Al grito de “¡Dos de octubre, no se olvida!”, cientos de trabajadores de la educación de la Sección 22 del SNTE, pertenecientes a la región de Valles Centrales, así como normalistas, estudiantes universitarios y militantes de organizaciones sociales, marcharon ayer por la tarde para conmemorar el 51 aniversario de la matanza de Tlatelolco.
Durante la movilización, que partió sobre la calzada Porfirio Díaz, frente a la fuente de Las Ocho Regiones, y concluyó en el zócalo, algunas brigadas de jóvenes, realizaron pintas y pegas de esténcil con arte callejero en paredes de edificios públicos y privados.
Aunque un grupo de supuestos anarquistas, además de las pintas, también rompieron con un martillo algunos vidrios en la ventanas de la sede del Instituto de Investigaciones Sociológicas de la UABJO, localizada en la esquina de la calle Murguía y la avenida Juárez.
Ante su presencia, algunos establecimientos comerciales cerraron sus puertas, para prevenir alguna agresión.
La columna fue encabezada por el Sector Zimatlán, seguido de los sectores Ciudad, Estatales, Etla, Miahuatlán, Ocotlán, Periferia y Tlacolula. Al final, avanzaron normalistas egresados, estudiantes y activistas de organizaciones.
Terrorismo de estado
En el acto político, frente al Palacio de Gobierno, en nombre de la Comisión Política, la secretaria de Alianza y Gestoría Social de la Sección 22 del SNTE, Lucía Caballero López dijo que la represión desatada por el entonces presidente Gustavo Díaz Ordaz en contra de los estudiantes, aquel 2 de octubre de 1968, en vez apostar por el diálogo para lograr una salida pacífica, muestra la política de terrorismo utilizada por el Estado para tener el control del pueblo de México.
“Eso es un claro ejemplo, como fue la represión en Atenco y Oaxaca en el 2006, la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa y la masacre de Asunción Nochixtlán en el 2016, cuando el magisterio democrático luchaba por la defensa de la educación pública”, asentó.
Expuso que el Estado seguirá aplicando esa estrategia de terrorismo para seguir impulsando políticas neoliberales y proyectos económicos, atentando en contra de los derechos de los pueblos originarios.
Por eso, subrayó que los trabajadores de la educación y los miembros del movimiento social necesitan reflexionar sobre su papel a asumir y así dar una respuesta en defensa de la educación, de sus derechos laborales, del territorio, de los bienes naturales y de la vida.
“No esperemos que los gobiernos transformen este país, somos cada uno de nosotros quienes tenemos que cambiar el presente y el futuro del pueblo”, anotó.
Ante esto, llamó a sus compañeros y al movimiento social seguir organizándose a fin de lograr una gran articulación para hacer frente a estas políticas, pero también a continuar saliendo a las calles para exigir justicia por los caídos, la liberación de los presos políticos y la presentación con vida de miles de desaparecidos.
En el mitin, también participaron Lenin Vásquez Leyva, Hugo Sánchez Silva, Guadalupe Sebastián, Marcelino Coache Verano y Guadalupe Sebastián, representantes de la Comisión Política por la región de la Sierra Norte, del Colegio de Catedráticos del Estado de Oaxaca, de la Unión de la Juventud Revolucionaria de México y del Frente Unificador de Sindicatos Independientes, Oaxaqueños y Nacionales.
