Ganan 100 pesos por viaje y cuando la semana fue buena, su salario oscila entre los mil 500 y dos mil pesos. Desde que inició el año el trabajo ha escaseado, principalmente porque el gobierno no ha iniciado con la realización de obra pública.
Los choferes de camiones materialistas no pocas veces se han enfrentado por la disputa de obras; cobijados por organizaciones políticas, una de las explicaciones va más allá de lo que pudiera considerarse ambición. La disputa por surtir de materiales de construcción es la pelea por el trabajo.
De acuerdo con la Sevitra, hay dos mil 383 concesiones para el servicio de acarreo. FOTO: Carlos Román Velasco
Uno de los enfrentamientos más recientes entre los transportistas ocurrió el 12 de agosto de 2016, cuando los agremiados a diversas organizaciones se confrontaron violentamente por las obras de construcción de una clínica médica. En esa ocasión la disputa se prolongó por varias horas y se presentaron bloqueos en diversos puntos de la ciudad de Oaxaca y municipios de la zona metropolitana.
No ha sido el único choque, también han ocurrido durante la construcción de centros y plazas y comerciales, así como por obras públicas. Algunos de los asesinatos de líderes de organizaciones sindicales son atribuidos precisamente a las diferencias originadas por la pugna en los contratos de trabajo. Entre ellos, la ejecución de Mayra Luis Martínez ocurrida el cinco de diciembre de 2016 en el municipio de San Francisco Tutla.
Los concesionarios se agrupan en organizaciones políticas como estrategia para presionar por contratos y presunta defensa del trabajo. FOTO: Carlos Román Velasco
Juan Carlos Díaz empezó a trabajar hace dos años como chofer de uno de los camiones materialistas, está casado y es padre de una niña. Su salario varía según el número de viajes que logren conseguir en la semana, pero nunca es mayor a los dos mil pesos a la semana.
Al igual que muchos transportistas, no es dueño de la concesión; tiene un patrón, quien se encarga de buscar trabajo para mover el camión y, en ocasiones, son conseguidos por él. Su grupo tiene una base en el crucero que conduce hacia Santa María Atzompa y San Pedro Ixtlahuaca, ahí pueden esperar horas sin conseguir nada.
Base de camiones materialistas de San Pedro Ixtlahuaca. FOTO: Carlos Román Velasco
Uno de los problemas, como en otros sectores de esta actividad, es la saturación de camiones que prestan el mismo servicio. Los vahículos materialistas se dedican al traslado de materiales para la construcción como arena, piedra y grava triturada.
De acuerdo con la Secretaría de Vialidad y Transporte (Sevitra) en el estado son dos mil 383 concesiones para el servicio de acarreo, más 418 para el servicio de carga en general y 802 para el de carga ligera.
Acarreo de materiales
$1,400 arena
$1,500 piedra
$1,900 cantera
$2,900 grava triturada
Las organizaciones a las que mayormente están adheridos los concesionarios de este tipo de transportes son la Confederación de Trabajadores de México (CTM), el Sindicato Libertad, el Frente Popular 14 de Junio y la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC), entre otras, vinculadas principalmente a los partidos políticos Revolucionario Institucional (PRI) y de la Revolución Democrática (PRD).
Sin trabajo
Juan Carlos Díaz, chofer desde hace dos años. FOTO: Carlos Román Velasco
Los primeros meses del año han sido particularmente difíciles para los conductores de estos camiones. Carlos Díaz explica que esto se debe a que el gobierno del estado no ha iniciado con la realización de las obras públicas que les permita realizar el traslado de materiales.
En su caso, gana 100 pesos por viaje y, cuando la semana es buena, tiene un sueldo que oscila entre mil 500 y dos mil pesos. Un viaje de arena se cobran en alrededor de mil 400 pesos, uno de piedra a mil 500, uno de grava, un mil 900 pesos y, por piedra triturada, hasta mil 900 pesos.
Por cada viaje gastan cerca de 40 litros de diésel, aproximadamente 700 pesos; la razón, es la distancia que deben recorrer para recoger el material de construcción, las minas se encunetran en San Lorenzo Cacaotepec, para la arena y la grava de río, y para la piedra de cantera a San Lázaro Etla; la grava triturada se acarrea de Rojas de Cuauhtémoc o San Pablo Huixtepec.
Oneroso mantenimiento
Además del gasto en combustible, la inversión en el mantenimiento de los camiones es alto. Según Carlos Díaz, periódicamente debe realizarse el cambio de aceite, bujías, filtros y sobre todo, de balatas. “Este tipo de camiones no puede estar sin frenos”, apunta. El mantenimiento, sin embargo, corre a cargo del dueño del camión.
Un tercer factor de la escasez de trabajo es que los transportistas y organizaciones políticas se han dividido el territorio sobre el cual sólo pueden prestar el servicio. En el caso de Carlos Díaz, el área a la que se reduce a San Pedro Ixtlahuaca; en caso de que salgan de su zona de trabajo podría propiciar una confrontación con otros transportistas y organizaciones políticas y sindicales a las que están adheridos los concesionarios.
“Mucha gente cree que es un buen empleo, que hay mucho dinero, pero la verdad es que muchas veces no se gana nada”, finaliza.
Presupuesto
Gasto en diésel
Cerca de 40 litros por viaje
Un total de $704.4
Gasto promedio diario en diésel
70 litros
Un total de $1,232.7 pesos
Ganancia por viaje del chofer - $100
