LA CIÉNEGA, ZIMATLÁN, Oaxaca.- El desbordamiento del río Atoyac terminó con las esperanzas de los campesinos de comercializar su caña de azúcar durante la celebración del Día de Muertos, ante la inundación de decenas de hectáreas que provocaron las lluvias de septiembre pasado.
Conforme a cálculos de los propios lugareños, al menos 400 hectáreas de caña de azúcar, maíz, frijol y alfalfa quedaron anegadas en una amplia extensión ubicada entre el río y un canal procedente de la Villa de Zaachila. De hecho, una gran superficie de caña de azúcar aún está entre el agua, en el paraje conocido como La Tembladera.
De este modo, la inundación dañó severamente la economía de este municipio de los Valles Centrales, por ser un pueblo eminentemente agrícola.
“La caña necesita agua, pero no tanta”, afirmó uno de los campesinos afectados, Lorenzo Galván Celaya.
El desbordamiento del río Atoyac fue tan grande que después de superar el bordo derecho, sobrepasó el camino procedente de la carretera Oaxaca-Zimatlán de Álvarez y debió ser cerrado, para no poner en riesgo a la población.
Uno de los campesinos afectados, Omar Gerardo León, se quejó de la omisión de las autoridades. FOTO: Román Carlos
“Fue grande la inundación, se salió mucha agua”, asentó.
Pérdida total
Explicó que la demasía de agua ha provocado la pudrición de la raíz o el enraizamiento del tronco y hasta su derribe.
“Es pérdida total, esa caña ya no sirve”, señaló.
Además, la caña se ha manchado por lodo de las aguas contaminadas que arrastra el río Atoyac desde el Valle de Etla, pasando por la ciudad de Oaxaca de Juárez, Santa Cruz Xoxocotlán, San Bartolo Coyotepec y la Villa de Zaachila.
“Está sucia y pierde calidad; además, quién va a querer comprar caña con aguas negras”, recalcó.
Don Lorenzo Galván es uno de los productores que resultó perjudicado por el desbordamiento del Atoyac. FOTO: Román Carlos
Ante esta situación, esa caña terminará como alimento para ganado, porque no hay alguna otra opción, pues en el trapiche asentado en la municipalidad, tampoco será recibida.
“Es para lo único que servirá, ni para panela”, indicó.
Subrayó que las pérdidas económicas provocadas por la anegación afectarán demasiado a los campesinos, porque siempre han apostado a la tierra, el sustento familiar.
"Cuando sucede una cosa de estas en el pueblo, la economía baja mucho porque todos nos dedicamos a la agricultura", señaló.
Omisión de autoridades
Los cortadores, en plena faena. FOTO: Carlos Román
Otro campesino afectado, Omar Gerardo León Ramírez, se quejó que ni la autoridad municipal ni la Comisión Nacional del Agua (Conagua) han hecho algo para reparar el bordo del río Atoyac y así evitar las inundaciones.
“Nadie hace nada; Conagua nos presiona para que no se perforen pozos, pero tampoco se interesa en reforzar el bordo para que no nos inundemos”, apuntó.
Detalló que el desbordamiento provocó la pérdida total de cinco de 10 hectáreas sembradas de caña de azúcar en su propiedad.
“Ya no sirve, si acaso para los animales”, añadió.
Pues --anotó--, si se saca al mercado esa producción, no tendrá comercialización.
“Está sucia y además, de aguas negras del Atoyac”, refirió.
La poca caña que se salvó de la inundación. FOTO: Román Carlos
Calculó que dejará de cortar al menos unos tres mil rollos de caña de azúcar en la superficie anegada, equivalente a unos 300 mil pesos.
“La pérdida es grande; dejaré de percibir bastante dinero. Me afecta mucho porque este es mi trabajo y de eso depende mi familia”, terminó.
Llegada de Asia
La caña de azúcar o simplemente caña, es una especie de planta perteneciente a la familia de las poáceas. Es una planta proveniente del sureste asiático. La expansión musulmana supuso la introducción de la planta en territorios donde hasta entonces no se cultivaba. Así llegó al continente europeo, más en concreto a la zona costera entre las ciudades de Málaga y Motril, siendo esta franja la única zona de Europa donde arraigó.
Posteriormente, los españoles llevaron la planta, primero a las islas Canarias, y luego a América. Así, este cultivo se desarrolla en países como Cuba, Guatemala, Brasil, México, Argentina, Perú, Ecuador, República Dominicana, Colombia y Venezuela.
La caña en el Altar del Día de Muertos
El arco se realiza con cañas, ramas de limonada o palma, hojas y tronco de plátano, flores de cempasúchil, flores de papel crepé y banderitas de papel picado, donde se cuelgan frutas y figuras de azúcar que significa que "el Señor está con los difuntos".
