Para estudiar el bachillerato y licenciatura en Administración de Empresas en la UABJO, fue empleada en una casa y mesera de un restaurante. Es indígena zapoteca y se convertirá en la primera mujer diputada priista de la Sierra Juárez, originaria de los pueblos bajos del Rincón, porque antes la candidatura estaba reservada para los hombres y a los oriundos de Ixtlán de Juárez y municipios aledaños.
–Usted no es tan conocida en la política, ¿quién es usted?
–Soy de una familia campesina de San Francisco Yovego, del municipio de Santiago Camotlán; está a 10 horas de la ciudad de Oaxaca. Mi primaria la estudié allá, después me fui a San Bartolomé Zoogocho a cursar la secundaria y después a la capital, para entrar a la Preparatoria 1. Y tuve que trabajar para seguir estudiando. Trabajé tres años haciendo la limpieza en una casa, después fui mesera cinco años en un restaurante frente a la Ciudad Universitaria. Con eso, rentaba un cuarto y me mantenía; mis padres y unos hermanos que estaban en Los Ángeles me ayudaban.
–¿Ha ejercido su carrera?
–No, me he dedicado a la gestión social de proyectos productivos y obras sociales, así como a la capacitación de los derechos de las mujeres, especialmente la equidad y género, en comunidades de la Sierra Juárez.
–¿Cómo incursionó en la política?
–Caminando por las comunidades conocí a mucha gente que me impulsó a entrar a la política.
–Muchos jóvenes como usted se identifican con la izquierda, ¿por qué el PRI?
–Llegué gracias al diputado federal Cándido Coheto. Además, mis abuelos y mis padres son priistas; me inculcaron que si somos solamente de una religión así tenemos que ser de un solo partido.
–¿Ya elaboró su agenda legislativa personal?
–No, aún no; hasta ahora no. Todavía, como los demás compañeros, estamos en espera que se nos asignen las comisiones. Una vez que sepamos, sobre eso me enfocaré.