Dos décadas necesitó el Congreso del estado para entrar al siglo 21 e instalar un sistema electrónico para registrar la asistencia de los diputados, iniciativas y puntos de acuerdo de cada sesión. Pero como es común, entró a destiempo y mal, pues las nuevas herramientas aprobadas e instaladas no funcionaron y los diputados regresaron al papel y la votación a mano alzada.
Formales como ellos solos, los representantes populares sometieron a votación en los primeros puntos del orden del día (el cuarto) la aprobación para el uso del sistema electrónico del recinto legislativo del Congreso estatal, mismo que fue aceptado por unanimidad, aunque algunos legisladores ni se atrevieron a tocar la tableta.
Esto a pesar de que el sistema no es barato, ya que de acuerdo al director de tecnologías del Poder Legislativo, Rolando Ruiz, el sistema electrónico tuvo un costo de 6 millones 800 mil pesos e implicó la modernización del sistema audio digital, 42 tabletas electrónicas, reloj parlamentario (no comentó con cuantas horas de retraso), sistema de asistencia legislativa (para los diputados neófitos), software, servidores y conectividad.
Eso sí, subrayó que las tabletas no cuentan con Whatsapp, Facebook, Twitter o You Tube porque el propósito de las nuevas herramientas es incrementar la productividad de la legislatura, no distraer a los representantes populares con las redes sociales.
Los neófitos
Aunque Rolando Ruiz tuvo mayores tareas que proporcionar información sobre el sistema, ya que antes de que iniciara la sesión camaral se dedicó a instruir a los diputados la forma en que operará el sistema.
Con paciencia docente explicaba, una y otra vez, a los diputados menos relacionados por los sistemas digitales, la forma de registrar su asistencia y conocer los documentos relacionados con la sesión. Y la verdad es que no fueron pocos, aunque en cada sesiónnunca dejan los teléfonos celulares.
Y falló
Sin embargo, como al final el sistema no funcionó los empleados del Congreso corrieron a depositar en cada curul una carpeta color paja con el orden del día, puntos de acuerdo y dictámenes de comisión, un paquete de más de 80 hojas de papel.
Lo que llamó la atención es que en plena sesión del día la presidenta de la Junta de Coordinación Política, María de las Nieves García Fernández, solicitara a todos los diputados presentes firmar el documento de resguardo de cada tableta.
-¿Por qué? Preguntó entre confundido y consternado el legislador por el Partido Unidad Popular (PUP), Miguel Bernardi.
-Pues porque es el reguardo, la confirmación de que está bajo tu responsabilidad.
Seguro la coordinadora de la fracción parlamentaria del Partido Revolucionario Institucional (PRI) ya sabe lo que sucedió en la 63 legislatura federal, donde los diputados se llevaron hasta las macetas y está tomando previsiones, a pesar de que el Año de Hidalgo es tentador y parte de la cultura política del latrocinio de los bienes públicos.
Al tiempo.
