El joven Rodrigo, de 24 años de edad, sólo tiene tres palabras para definir el drama que vive con su madre hospitalizada por un cáncer en la cabeza, sus hermanos imposibilitados para apoyarla y la carencia de recursos económicos para el tratamiento, operación y recuperación de su progenitora: “¡Me está lloviendo!”
En la casa donde le rentan un cuarto y le ayudan para hacer menos trágica su situación, recuerda que hace aproximadamente cinco años su madre, Maribel Mora, de 55 años de edad, comenzó a sufrir intensos dolores de cabeza, por lo que acudió al médico.
“La llevé al Seguro Social pero le empezaron a recetar puro Paracetamol y no buscaban realmente qué tenía; fue hasta que el 5 de octubre del 2012, que un médico amigo de la familia le realizó una tomografía y así nos enteramos que tenía un tumor en el cerebro”.
Ataviado con un pantalón de mezclilla, sudadera en tono oscuro y una gorra de beisbolista colocada con la visera en la nuca, señala que desde entonces se ha hecho cargo de la atención médica de ella. “En esa ocasión también fueron gastos fuertes, pero tenía un buen trabajo y logré pagar los estudios, tratamientos y medicamentos que requería, pero ahora es otra situación”.
El joven enfrenta esta difícil situación solo y su sombra. FOTO: Carlos Román Velasco
Niegan atención en el Hospital Civil
Con voz delgada, dice que hace cinco meses su progenitora sufrió una caída y volvieron a presentarse las molestias en la cabeza.
“El martes 21 de noviembre intenté ingresarla en el Hospital Civil porque se puso mal, pero me dijeron que no podían atenderla por no ser derechohabiente del Seguro Popular; un día después se volvió a poner mal y nuevamente acudimos al nosocomio, pero el médico se portó muy grosero y me dijo que no podían atenderla, que mejor me retirara; yo lo único que pude alegar es que eso era negligencia y su responsabilidad era atender a las personas”.
Agrega que entonces acudió al Hospital de Especialidades, pero el costo era mucho más elevado que en una clínica particular, así que el jueves ingresó a su mamá en un hospital privado que se ubica en la Calzada Símbolos Patrios.
-¿Te negaron el servicio?
-Sí, me dijeron que no la iban a atender y que buscara otras opciones.
El muchacho refiere que el costo de los tratamientos son elevados y únicamente él corre con los gastos. “Es una enfermedad muy cara y los recursos no los tengo ahorita a la mano, ese es el detalle de todo esto”.
Los hermanos no apoyan
Con el desvelo de un día y una noche por cuidar a la enferma, comenta que su familia está compuesta de su madre y cuatro hermanos.
-¿Y qué han hecho ellos para apoyarla?
-Mis hermanos no quieren apoyarme para nada en esto. El más grande no tiene los recursos económicos porque acaban de operar a su esposa y no gana mucho en su trabajo; el otro tiene un negocio, pero lo acaban de asaltar y lo vaciaron completamente; y el que vive en Jalisco está peor, tiene problemas en el corazón y lo van a operar también. ¡Me llueve sobre mojado!
-¿Tú solo estás al frente de esta situación?
-Sí, solo.
-¿A qué te dedicas?
-Soy ayudante de Chef.
-Pero ahorita no estás trabajando, ¿o sí?
-No, porque tengo que estar cuidando a mi madre día y noche, las 24 horas, porque hay que llevarla al baño, a que le hagan los estudios, darle masaje en los pies, levantarla, todo eso.
Con un dejo de tristeza en el rostro, manifiesta que su situación es complicada. “Nadie se espera vivir en esta situación, es complicado, de verdad”.
-¿Y cómo piensas afrontar la situación, sobre todo la falta de dinero?
-No tengo idea, sólo me queda pedir ayuda a las instituciones gubernamentales y las personas de buen corazón. Es la única opción que tengo y espero realmente que la gente me ayude, porque mi situación es desesperante.
La señora Maribel necesita una operación para extirpar el tumor.
Le faltan recursos
De cuerpo espigado y moreno, el joven expresa con pesadumbre que en el caso de la atención de esta enfermedad, no hay recurso económico que alcance.
Nosotros tuvimos que venir a rentar un cuarto aquí porque ya vendimos el departamento que teníamos, también vendimos los muebles, el coche y demás bienes; nos hemos quedado en la calle por pagar los tratamientos, pero no tenemos otra opción.
Informa que tienen previsto operar a su progenitora este día, “pero el problema es que necesito mínimo 40 mil pesos para la cirugía y después hay que pagar las quimioterapias y demás, así es que necesito conseguir ese dinero”.
Sin embargo, Rodrigo asegura que aun en esta situación debe de mantener el optimismo para apoyar a su madre. “Si yo me desmorono, también ella se va a desmoronar; no puedo darme el lujo de que ella me vea triste o preocupado o llorando, porque se va a poner más mal”.
-¿Y ella qué te dice?
-Que me está dando muchas molestias, pero yo le digo que no son molestias porque al fin de cuentas es mi madre, me dio la vida y lo que le pueda dar no se compara con lo que ella me dio a mí. Yo quiero tenerla todo el tiempo que Dios me la preste, eso es lo que más deseo.
