Oaxaca.- "Los trabajadores de hoteles y restaurantes de la ciudad "ya no vemos lo duro sino lo tupido, porque nuestra economía se encuentra en el suelo". Ello, luego de que los bloqueos y la violencia ejercida por la Sección 22 del SNTE, ha mermado la afluencia de visitantes, principalmente extranjeros, aseguró José Vicente Revilla.
Sin exagerar, la ocupación hotelera de la ciudad capital cayó más de 80 por ciento en los últimos dos meses, aseguró.
No obstante, la mayoría de los empresarios del ramo, en un esfuerzo solidario con sus trabajadores, realizan grandes esfuerzos por mantener las fuentes de empleo, agregó el secretario general del Sindicato de Trabajadores de Hoteles, Restaurantes, Cafés, Bares, Similares y Conexos del Estado de Oaxaca.
Los hoteleros han perdido muchos millones de pesos en cancelaciones de reservaciones, y unos cuantos sobreviven con los ingresos por hospedaje de los elementos de la Policía Federal, como únicos clientes cautivos. Aparentemente son muchos, pero el ingreso no es mucho porque esos clientes se manejan con tarifas preferenciales.
Por cierto, dijo, le informaron la mañana de este lunes que los policías federales que ya tenían muchos meses hospedados en el hotel Victoria, entregaron sus habitaciones. Lo que no me informaron es si ello se debe a que ya debían mucho de cuenta, o se cambiaron a un hotel más económico.
El dirigente explicó que en las Guelaguetza del primero y segundo Lunes del Cerro, aumentó en parte la afluencia turística, pero ello no compensa lo mucho que ha perdido el sector en los últimos tres meses. Nuestro fuerte como trabajadores de restaurantes y hoteles, son las propinas, pero esos ingresos no han llegado a nuestros bolsillos por el desplome del turismo.
Antes, hizo notar que el gremio que representa, afiliado a la Confederación de Trabajadores de México (CTM), presentó un proyecto al gobierno estatal en octubre de 2014 para equipar un restaurante-escuela para los afiliados. Las instalaciones ya las tenemos, sólo falta el equipamiento que en ese entonces tenía un costo de millón 200 mil pesos.
