SAN RAYMUNDO JALPAN, Oaxaca.- La costeña mujer lo adoptó prácticamente como su casa. Menuda, entrada en años, es soltera, casi no tiene familiares y viene periódicamente de Pinotepa Nacional, por tratamiento de un cáncer de mama.
En reciprocidad, se afana y ayuda en todo lo posible en su nuevo hogar temporal. Pese al padecimiento, está feliz de hallar un espacio confortable.
Es la Estancia Comunitaria El Buen Samaritano, que aunque se ubica prácticamente a un costado de la carretera federal 175, Oaxaca-Puerto Ángel y nació casi a la par del Hospital de Especialidades, hasta ahora el refugio es poco conocido.
Fue creado por el sacerdote José Rentería, de la parroquia de San Bartolo Coyotepec, y es bálsamo para varias familias o pacientes que acuden al nosocomio de alta especialidad.
"Me siento como en casa"
A doña Isabel Valentín le detectaron en febrero un tumor en uno de los pechos; afortunadamente fue a tiempo y se pudo atender; uno de sus familiares que reside en Miahuatlán le apoyó para realizarse una operación.
Sin embargo, las dudas y la molestia persistieron, por lo que decidió acudir al Hospital Regional de Alta Especialidad de Oaxaca, ubicado en este municipio. Desde mayo pasado recibe tratamientos y concluyó en noviembre sus ocho sesiones de quimioterapia; ahora está a la espera de nuevos análisis para descartar más nódulos malignos.
“Es un lugar bonito, muy favorable para quienes requieren los servicios; acá encontré un lugar y me siento como en casa; mis familiares se quedaron en Pinotepa, mis sobrinos y hermanos, porque soy soltera”, platica la morena mujer costeña acerca del albergue.
Modernos samaritanos
Casos como el de Isabel hay muchos y todos reciben una atención digna, con calor de hogar, cuentan Fulgencio Casiano y Teresa Guadalupe, matrimonio que se encarga de administrar el espacio, donde por 30 pesos pueden recibir todos los apoyos necesarios.
Ambos son originarios de Temascal, en la región de la Cuenca del Papaloapan, y desde hace más de tres lustros llegaron a la capital, motivados por al amor y la ayuda al próximo, a través de la Iglesia Católica.
Así arribaron a San Bartolo Coyotepec, donde se convirtieron en colaboradores del padre José Rentería, titular de la iglesia. Aunque inició años atrás, el 3 de abril de 2011 se inauguró el espacio de manera formal.
La entrada, un callejón, se encuentra sobre la calle Allende y el acceso principal, sobre la calle Progreso, a un costado del centro de reciclamiento del ayuntamiento de Coyotepec.
"Obra de misericordia"
“El padre apoyó mucho; nosotros y gente de varias colonias ayudaron en su momento con tequio para poner puertas, ventanas, pintar paredes… Ahora nosotros nos dedicamos al mantenimiento y a estar al pendiente para que no falte nada”, dice el hombre con un español entrecortado.
El espacio cuenta con un enorme patio y un pequeño corredor; sala con televisor, 30 camas, divididos en dos áreas, para hombres y para mujeres, así como cuartos especiales para pacientes que requieren estar despiertos toda la noche por una consulta o tratamiento especial.
“Hay muchas personas que vienen con pocos recursos y no tienen dinero ni familiares, a dónde ir, a veces necesitan bañarse, comer, sufren mucho por estar con su familia y eso es lo que al padre José lo animó de hacer esta obra, es obra de misericordia de Dios, por eso hasta ahora se sostiene”, dice.
Refiere que han tenido la ayuda de varios sectores de la sociedad como de la iglesia, pero aún así hay carencias, por lo que invita a la población en general a que coopere ya sea con alimentos, ropa, utensilios o material para para la limpieza.
Hay también un área para pacientes con tratamiento especial.
Expone que el ayuntamiento colabora con la vigilancia y con los servicios básicos, lo cual agradece la autoridad de la iglesia.
Enormes beneficios
Entre los ocupantes del beneficio se encuentra José Luis, joven llegado de Putla Villa de Guerrero desde hace varias semanas. Como obrero de la construcción, un día se encontraba realizando trabajos en un techo de vivienda, pero por descuido pegó con un poste donde había cables de alta tensión, lo que le originó una descarga eléctrica.
Encontró lugar en el albergue desde hace varias semanas y está a la espera de una intervención quirúrgica en la cabeza; por lo pronto, es atendido con antibióticos.
“Nunca imaginé encontrar un lugar como este, donde hay atención como en la casa; de veras que estoy muy agradecido con la gente que nos ayuda”, dice.
Claudia Santiago, de Pinotepa Nacional, se tuvo que traer a su hija, menor de edad, para que le auxiliara en los traslados, y porque en su pueblo costeño no tiene a nadie más que le apoye.
A la mujer le detectaron cirrosis hepática en tercera etapa, además de una hernia; “ya tengo más de dos años yendo y viniendo; lo mío nada más es tratarme, porque no se puede hacer mucho; al rato me dan resultados del domingo; ayer me hicieron estudios de sangre, porque quizá la vesícula ya esté dañada”, dice con resignación.
No tiene más parientes, pues sus dos hermanos están de extremo a extremo del país, uno en Chiapas y otro en Tijuana. Por lo pronto, en El Buen Samaritano, halló calor de hogar.
"Todo está bien"
De Silacayoápam llegó don Agustín Hernández, junto con su esposa. También va y viene.
“Antes venía a citas y me quedaba en el hospital, pero preguntando llegué por acá y nos dan permiso de refugiarnos, por lo económico que no tenemos a nuestro alcance para ir a un hotel o pagar comidas”, dice.
El mixteco tiene un tumor en la ingle del lado izquierdo; ya le realizaron una operación y está a la espera de un nuevo diagnóstico.
“El albergue me ha ayudado mucho, nos han recibido bien, nos dan alimentos, no podemos decir nada en contra del albergue porque está todo bien; ojalá más gente pueda ayudar”, termina.
Con calor de hogar
30 Camas
15 de varones
15 de mujeres
Cocina
Sala
Comedor
Capilla
Lavadero
$30
Cuota de recuperación
Incluye tres alimentos, alojamiento y servicios
