El diputado priísta Manuel Rafael León Sánchez confundió ayer la tribuna de la Cámara de Diputados con las aulas de La Sorbona y dictó durante diez minutos una conferencia magistral sobre política, ética, responsabilidad pública y democracia, ante un público azorado y aburrido, que lo único que esperaba era el timbre de la campanilla para irse a comer.
Imbuido del espíritu de Giovanni Sartori, Luigi Ferrajoli y Norberto Bobbio, el ex presidente municipal de San Catarina Juquila y ex coordinador de giras de Ulises Ruiz Ortiz, exigió a sus compañeros comprender el momento de Oaxaca. “Es nuestra obligación como diputados y profesionales de la política tener un alto sentido de la historia, que al menos significa asumir con la debida responsabilidad nuestro tiempo”.
La cátedra
Después de tres horas de sesión, León Sánchez subrayó la cada vez más "separación profunda" entre los ciudadanos y los responsables de conducir los destinos de los estados.
“Gobernantes, partidos políticos, sindicatos, organizaciones sociales, en general los políticos, según los ciudadanos, no estamos a la altura de los requerimientos sociales, estamos reprobados pues. Los partidos se mimetizan, los órganos de control se pervierten, los medios se someten y callan, aceptan la verdad oficial; la ley es burlada y somos hoy más vulnerables que nunca a la trampa del crimen”.
Con voz engolada, que a ratos se le rompía, aseveró que el gobierno pasado acentuó la debilidad de las instituciones, llámese Congreso, partidos políticos, sindicatos, el Poder Ejecutivo, el Poder Judicial, los municipios, etcétera. “El rendimiento de estas instituciones es cada vez más decreciente, no embonan con una sociedad cada vez más demandante; el divorcio entre las instituciones con los ciudadanos es una realidad, tiende a acentuarse peligrosamente”.
Mientras sus compañeros se observaban con azoro, convocó a funcionarios y servidores públicos a “actuar en consecuencia”.
“Asumamos las tareas de Estado que nos otorga la ciudadanía, estemos a la altura del noble pueblo oaxaqueño, hagamos que los servidores públicos hagan correctamente sus tareas; nosotros tenemos que hacer lo correcto, así lo demanda la ética y la responsabilidad. Hagamos lo correcto con enorme voluntad, con pasión, con compromiso, mediante la ética de la convicción”.
Las frases
Las frases expresadas bien podrían colocarse con letras de oro, en la sala de sesiones:
- La corrupción de la clase política está en proceso de convertirse en un mal endémico.
- Hacer de la corrupción un hábito, una cultura, significa la degradación de todo el régimen republicano.
- La corrupción es un cáncer para todos aquellos gobiernos que se olvidan de las leyes, de los valores democráticos, de las instituciones y las virtudes.
- La confianza en nuestras instituciones electorales se han estancado.
- No nos dejemos conducir por la pasmosa cotidianidad de las cosas; enajenarnos por la inmediatez de una realidad y no encadenar la contingencia con un proyecto de futuro, es una mala conseja.
- La formación de ciudadanos virtuosos es una necesidad de nuestro buen vivir.
- Excluyamos la politiquerías que roen las entrañas de las sociedad y los gobiernos.
Lástima que ninguno de sus compañeros tomó nota de tan profundas reflexiones y sólo se dedicaron a tomar sus pertenencias para irse a comer.
