Pasar al contenido principal
x

Día de la Candelaria en Oaxaca, un lujo

Foto(s): Cortesía
Citlalli López Velázquez

Envueltos en hoja de plátano o totomoxtle, dulces o picositos, con o sin carne; en todas sus variedades, los tamales, platillo típico netamente mexicano y característicamente oaxaqueño, son un manjar que no se ha salvado de la carestía.


El incremento en el costo del maíz, la manteca, hoja de plátano y totomoxtle, así como del carbón y el gas doméstico, propiciaron un “tamalazo” - incremento en su costo- en pleno día de la Candelaria, fecha adoptada entre los católicos y no católicos para degustar este delicioso manjar.


Un manjar de lujo


Un tibio aroma a mole se desprende de los canastos tejidos en carrizo del local fundado por doña Geno, hace 50 años, en el interior del mercado de la Merced. El olor viaja entre los pasillos predominando por encima de las naranjas, los mangos, el chile y los jitomates.


El olfato no miente. La masa hecha de maíz, rellena con carne y salsa, envuelta en hojas de totomoxtle, es un deleite, que ahora, a partir de los distintos incrementos en los insumos, es consumido en menor cantidad.


“La gente no ha dejado de comprar pero si antes se llevaban dos por persona, ahora se llevan de uno y otro para compartir”, asegura doña Laura Quevedo, otra de las expendedoras de mayor tradición en el mercado.


Los insumos se fueron por las nubes, en consecuencia, los tamaleros tuvieron que incrementar el costo de cada pieza en tres pesos. Un tamal de mole representa un gasto de 28 pesos y 18 si se trata de rajas, amarillo, salsa verde o roja, y 12 pesos el de frijol y chepil.



El puesto fundado por doña Geno; la artesana lleva más de 50 años expendiendo tamales en el mercado de la Merced. FOTO: Emilio Morales

Insumos, inalcanzables


Un bulto de carbón pasó de 120 a 220 pesos; el rollo de hoja de plátano que compraba en 200 ahora está en 600 pesos -según las explicaciones que les han dado es que está escaso- el bulto de la hoja de totomoxtle de 200 a 300 pesos, el bulto de maíz de 260 a 300 o 400 pesos.


“Tuvimos que hacer ajuste porque nos subieron la hoja de plátano, el totomoxtle, el maíz y el carbón. Habíamos tratado de mantener el precio pero la verdad ya no se puede”, explica Laura Quevedo al tiempo que abre el canasto.


El vaho se adentra en la nariz con ese olor a sol y trabajo en el campo, a nixtamal en el hervor, al chile desvenado que forma el ingrediente esencial en el mole. Huele a fiesta, a un domingo en familia y a celebraciones entrañables. Un revoltijo de recuerdos.


¡Dos mil tamales!


Con motivo del día de la Candelaria, en casa de Laura se inició la preparación de tamales desde el pasado martes 30, con la elaboración del mole, el amarillo, rajas, salsa verde y roja, fríjol y chepil; además del nixtamal y la masa, pues aún con los incrementos en el costo tiene pedidos por dos mil tamales. Hay que cumplir con la tradición, afirma.


En México, se acostumbra que el 2 de febrero las personas que durante la partida de rosca de Reyes Magos el 6 de enero, tuvieron la suerte de que en su rebanada de pan saliera un niño Dios, tienen que apadrinar el Día de la Candelaria con tamales.


La celebración se hace en honor a la virgen de la Candelaria, advocación de la madre del niño Jesús. Se hace en esta fecha porque, de acuerdo al calendario católico y de un pasaje de la biblia, fue cuando se presentó al Niño Dios o bien al niño Jesús ante el templo de Jerusalén y ocurrió la purificación de María, esto según el cumplimiento de las predicciones del Antiguo Testamento.


Poco a poco, la tradición de comer tamales fue adoptada por personas que profesan una religión distinta de la católica pues el momento fue adoptado como forma de convivencia y reunión familiar.


El tamal: un alimento cientos de variedades


 


Aunque el tamal es popularmente conocido en el estado, no deja de ser un alimento que sorprende por sus distintas variedades que guardan características étnicas propias, así, mientras que en la capital del estado predomina el de mole, rajas, verde, frijol, chepil y dulce, en el Istmo de Tehuantepec el platillo se elabora de iguana, amarillo y de cambray. Se estima que en todo México hay unas 500 variedades de tamales y cada uno de éstos habla de la cultura en su región.


Hay evidencia arqueológica que muestra al tamal como parte vital en la vida cotidiana de algunas culturas prehispánicas de México y centroamérica, pues se usaba en rituales religiosos, en ofrendas, en los rituales de matrimonio, como alimento a los guerreros y de ofrenda a los muertos.


Memo y su dura labor por vender


Guillermo se levanta todos los días a las 6:00 horas para salir a vender sus tamales. Recorre la ciudad desde San Martín Mexicapam hacia la esquina de Los Libres y Constitución. Últimamente las ventas han caído. Mientras que hace apenas tres años vendía hasta cien tamalas, ahora a duras penas son 30.

El hombre no logra explicarse la razón pero considera que tiene que ver con la falta de dinero entre la ciudadanía. No queda de otra, se dice así mismo, hay que seguir luchando a la vida.


 

Noticias ¡Cerca de ti!

Conoce los servicios publicitarios que impulsarán tu marca a otro nivel.