El diputado Fernando Lorenzo Estrada no terminaba aun su discurso para exhortar a que la Comisión Nacional de los Derechos Humanos promueva una Acción de Inconstitucionalidad en contra de la reforma a la Ley Federal del Trabajo que elimina derechos de seguridad social, cuando la mano de Manolo instruyó el sentido del voto priísta: ¡no!
El ex presidente municipal de Santa Catarina Juquila, Manuel León Sánchez, volteó desde su curul y dirigiéndose a sus compañeros que se ubicaban en la segunda fila, les mostró el dedo índice de su mano derecha y lo movió de uno a otro lado.
Menos perceptible, pero igual de categórico, fue el gesto de la coordinadora de la fracción parlamentaria del PRI, María de las Nieves García Fernández, que con un giño envió el mismo mensaje. Votar en contra de la propuesta del punto de acuerdo del diputado de Morena.
Con ello, avalaron la decisión de sus compañeros de partido en la Cámara de Diputados federal que, en días pasados, aprobaron reducir el pago de incapacidades por enfermedad del trabajador en 50 por ciento.
“Además los patrones determinarán las enfermedades que serán susceptibles de pago, lo que es un grave retroceso a los derechos de todos los trabajadores del país porque esta reforma establece que la Secretaría del Trabajo actualizará las tablas de enfermedades de trabajo y de evaluación de incapacidades permanentes resultantes de los riesgos de trabajo, la consecuencia inmediata sería una reforma a la Ley del Seguro Social, pues al no contemplarse en la Ley Federal del Trabajo la tabla de enfermedades, legalmente el IMSS no está obligado a incapacitarlos”, explicaba el legislador.
A COMISIONES
Pero nada importó, los priístas tenían instrucciones precisas de no votar a favor de considerar este asunto como de urgente y obvia resolución, ni mucho menos aprobarlo, por lo que sonriendo desde su mullidos sillones lo mandaron a comisiones, donde seguramente dormirá por tres años.
La desmemoria e ignorancia es grave, porque resulta que fue el sector obrero del PRI quien impulsó la creación de la ley laboral y, sobre todo, la creación del Instituto Mexicano del Seguro Social. Blas Chumacero, dirigente de la Federación de Puebla y lugarteniente del dirigente de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), Fidel Velásquez Sánchez, priísta hasta el tuétano, fue uno de los impulsores y creadores de todo este sistema de seguridad social, que hoy el PRI está desarticulando de manera impune.
El dedo de Manolo un día, aunque no lo sabe, se levantó para aprobar una ley que en su momento se consideró de avanzada y se presumió con un ejemplo de la política social de los gobiernos priístas, aunque ahora solo sirva para moverlo sepultarla.
“Como legisladores tenemos la obligación de respetar, proteger y garantizar los derechos de los trabajadores, no podemos atentar contra los avances”, manifestaba Lorenzo Estrada.
Pero es obvio que Manolo protege, respeta y garantizar otro tipo de asuntos, como los desarrollos turísticos que dejan millones de pesos, pues al final el no es trabajador y nunca en su vida ha tenido la necesidad de eso.
La coordinadora es médico cirujano, con especialidad en medicina familiar, pero tampoco ha tenido necesidad de trabajar, pues es larga su trayectoria política y de representación popular.
