“Crucifíquenle, crucifíquenle”, exigió el sumo sacerdote del sanedrín, Irineo Molina Espinoza, al conocer la moción suspensiva que su nuevo compañero del consejo presentaría ante el pleno, para evitar que la discusión en torno a la supresión del fuero se fuera al cesto de la basura.
“Esta haciéndole el juego al poder para proteger al nuevo gobierno, eso es lo que pretende de Jesús (Romero López), pero no lo vamos a permitir: nosotros vamos a pedir que se vote el dictamen como está, que se quite el fuero a todos, incluido el gobernador”.
En el salón de piedras talladas, sede del supremo consejo, Irineo Molina y Carol Antonio Altamirano vertieron ceniza sobre sus cabezas y desgarraron sus vestiduras para demostrar su indignación ante la propuesta. “El fuero ofende y agravia a la sociedad, porque significa una protección especial para los funcionarios y un régimen de privilegio, por esa razón los diputados del PRD apoyamos la desaparición del fuero, porque consideramos que atenta contra el principio fundamental de que todos los mexicanos debemos ser iguales ante las leyes”, externaba el perredista Antonio Altamirano.
En tanto, el líder de Morena aseveraba que el pueblo pide la desaparición del fuero. “Nosotros en coincidencia con todo el pueblo de Oaxaca apoyamos la eliminación de esta figura”.
En medio de sus detractores y acusadores, Jesús Romero cuestionó al consejo. “¿Quién pretende apoyar a los priístas, lo que piden que se vote el dictamen y en caso de no aprobarse, se deseche. Es decir que no se vuelva a revisar y discutir el tema o, quién propone que se regrese a la comisión de estudios constitucionales para continuar con su análisis?”
Comentó que el dictamen fue firmado solamente por tres diputados, de cinco, por lo que no hay consenso. “Coincido con mis compañeros en el fondo, pero no en la forma, porque no podemos someter a aprobación una reforma constitucional con tres firmas ya que podría desecharse, cuando lo más importante es que se siga analizando y discutiendo, no podemos tener una ganancia política risible de exhibir a unos u otros, echando a la basura un tema tan importante como es la desaparición del fuero”.
Lapidado y con el fardo de la acusación a cuestas, Jesús -quien en la víspera había renunciado al fuero de forma personal-, recordó que el fuero en su origen fue un medio de protección para los opositores al gobierno, pero después se convirtió en un privilegio que debe desaparecer.
Los dos Juanes, Mendoza y Bautista, salieron en defensa del nazareno. “Por supuesto que estamos a favor de la desaparición del fuero en Acción Nacional, pero coincido con Jesús de considerar la moción suspensiva, porque es clara la postura del PRI en este momento de desechar la iniciativa, es importante no negarnos la posibilidad de seguir debatiendo el tema”, sostuvo el albiazul.
En tanto, Juan Bautista arengó en contra de los jasídim. “Es falso el debate para engañar a la población, porque si aprobáramos la reforma para retirar el fuero no se aplicaría a esta legislatura, he ahí la gran mentira de los coordinadores que subieron a la tribuna; la otra, lo que tenemos que hacer es una reforma para meter a la cárcel a los delincuentes que han saqueado al pueblo y a eso no le entramos. Yo no he visto a ningún ciudadano que esté exigiendo que nos quiten el fuero, dicen que las grandes masas lo están pidiendo ¡Pura falasia! ¡Puro engañar al pueblo, por eso nos odia!
El consejo del sanedrín aprobó entonces la moción suspensiva, entre la risa y jolgorio de los Macabeos tricolores, que saben que sin fuero no hay paraíso. Por eso trabajaron el Sábado de Gloria, después de quince días de inactividad.
