TEOTITLÁN DEL VALLE, Oaxaca.- La vida como la muerte, son inspiración para la creación de cada tapete de lana. Hilos con colores únicos creados por los propios artesanos, son el sello original de estas piezas que se pierden en la exclusión e indiferencia.
Más de medio siglo ha pasado desde que don Onésimo elaboró su primer tapete. A sus 79 años de edad, sigue en el oficio, a pesar de que cada vez los vende menos.
En los tapetes se encuentran representados:
Lluvia y montañas
Aves
Árbol de la vida
Grecas: etapas de la vida y la unión con las nuevas generaciones
La tinta negra del huizache y el oscuro tono que le brinda el zapote negro le han teñido la piel debajo de las uñas; el tiempo está marcado en su rostro, pero aún más, la tristeza por el olvido está asentada en su voz.
Quieren promoción
Don Onésimo tiene más de 60 años haciendo tapetes. FOTO: Mario Jiménez Leyva
“Ellos no hacen nada por las artesanías, sólo nos dan el permiso para la feria y piensan que eso es todo; lo que queremos es promoción”, señala seguro el artesano originario de esta comunidad de los Valles Centrales de Oaxaca.
Desde hace casi dos semanas que se instaló la feria en el centro de la población por la temporada vacacional, sólo ha vendido tres pequeñas piezas.
Es más del mediodía y don Onésimo persigna su primera venta del día, la tercera del periodo. “Es poco, pero es mejor que nada”, reafirma el hombre con una ligera sonrisa en el rostro.
Mientras muestra los sorprendentes tejidos, el hombre de la tercera edad apunta que ya no recuerda hace cuánto tiempo hubo buenas ventas; sólo sabe que es de “hace mucho que no se vende bien por los problemas en Oaxaca, por las marchas y bloqueos”.
Excluídos "por pobres"
Doña Francisca, de 82 años de edad, vive para sus artesanías. FOTO: Mario Jiménez Leyva
A su edad, las ganas por elaborar tapetes siguen vivas como cuando tenía 12 años. Sin embargo, su trabajo sólo se vende en la población, pues nunca ha participado en una expoventa artesanal organizada por las dependencias estatales en el ramo. “La pobreza no me permite llegar hasta allá”, sostiene.
La mañana terminó, comienza la tarde y doña Francisca, de 81 años de edad, sigue con cero pesos en su caja. Sentada dentro de su puesto provisional en la explanada municipal, la mujer sostiene lo solitario que se sintieron en esta ocasión.
Los artesanos claman por turistas, por ver su plaza principal colmada de paseantes. Tienen ganas de vender, de que sus piezas recorran el estado, se vayan a otros estados y otras partes del mundo. Quieren ver a los visitantes, que ante los encantos del colorido de los tapetes, bolsas y otras artesanías de lana envueltas en una belleza incomparable, accederán a comprar una, dos o tres piezas.
Turismo de orillas y dirigido
Artesana se dice afectada con la poca presencia del turismo. FOTO: Mario Jiménez Leyva
Teotitlán del Valle es parte de la Ruta Mágica del Mezcal que estableció la Secretaría de Turismo y Desarrollo Económico del estado en el sexenio pasado. A la fecha, la magia de esta ruta no ha llegado a la totalidad de los artesanos.
A poco más de 30 kilómetros de la capital del estado, una comunidad entera de tejedores de tapetes espera cada día a los visitantes, quienes sólo visitan el parador que se ubica a pie de la Carretera Internacional 190 y algunos más únicamente acuden a algunos talleres en específico.
Para quienes se albergan en el mercado, el beneficio sobre los recorridos turísticos que las empresas del sector venden y en el que se contempla la comunidad, no existe.
Rocío Mendoza indica que sólo ven cómo pasan las camionetas y se estacionan frente a los grandes talleres particulares o se quedan en las “casotas” que se encuentran en el trayecto de la desviación de la carretera 190, al centro de la población.
Faltan apoyos
Los adolescentes también se involucran en el proceso de elaboración. FOTO: Mario Jiménez Leyva
“Necesitamos que haya buenos apoyos, que nos promocionen, que nos traigan hasta acá a los turistas”, afirma con frustración.
En busca de mayor interés de los turistas por visitarlos, los más de 50 artesanos del mercado se organizaron para instalar un telar en este espacio público para realizar demostraciones y explicar cómo se elabora un tapete.
Frente al ocaso de la feria artesanal, que concluye este domingo, los inconformes apuntan que la Secretaría de Turismo del estado, en la anterior y en esta administración, sólo se han limitado a apoyar con las carpas para los puestos provisionales, así como en organizar la conferencia de prensa, sin garantizar lo principal, la presencia de turistas.
"Sólo ven y no compran"
La mayoría de los turistas que llega, sólo ve y pregunta por los precios, pero no compra. FOTO: Mario Jiménez Leyva
El integrante del Comité de Artesanos del Mercado de Teotitlán del Valle, Miguel Méndez Santiago, señala que el problema magisterial ha hecho estragos con el paso de los años, y que los pocos que llegan hasta el centro de la población, en su mayoría sólo aprecian las obras, pero no compran.
“Nosotros somos propios, verdaderos artesanos; en el paso hay muchos revendedores nada más”, admite el creador de tapetes, quien sostiene la falta de promoción del gobierno y de las propias empresas turísticas que han perdido el interés por el resto de la comunidad.
Un minimercado
Casi toda la población se dedica a realizar telares de lana. FOTO: Mario Jiménez Leyva
El mercado central de Teotitlán tiene una capacidad para albergar a 20 artesanos; sin embargo, quienes participan en éste son 64. Es por eso que para que todos puedan vender, los creadores de tapetes se turnan los espacios cada 15 o 20 días.
El representante de los artesanos, Miguel Méndez, indica que siempre insisten con las autoridades municipales para que les construyan más locales, pero son ignorados.
A lo más que pueden inspirar es a participar con un par de piezas en lo que será la próxima casa de la cultura del pueblo, en donde consideran que podrán exhibir una pieza original y algunas más para ventas.
Impresión del turista
Turistas, encantados con las artesanías y recomiendan la visita. FOTO: Mario Jiménez Leyva
Durante su estancia en la capital, Edith Medina y su familia nunca escucharon un comercial en radio sobre la feria en Teotitlán, visto una publicidad o que los promotores turísticos lo mencionaran. La promoción se enfoca a Mitla, Hierve el Agua, El Tule o Monte Albán.
Edith, originaria de la Ciudad de México, compró tres tapetes y está encantada con las artesanías. Afirma que llegó a Teotitlán porque en 1971, su esposo visitó este lugar, al que hasta ahora tuvo la oportunidad de volver.
“El gobierno debería promocionar este lugar que tiene mucho que ofrecer”, dijo la turista, quien recomendó Teotitlán para pasar un buen día.
El color:
Cochinilla: brinda hasta 250 diferentes tonos en los colores
Cáscara de granada: naranja
Cáscara de nuez: café
Flor de pericón: amarillo
Anil: azul
Flor de cempasúchil: naranja y crema
Chemis: verde
