Francisco Castro se levanta todos los días a las cuatro de la mañana, sale de la casa de lámina que renta en Pueblo Nuevo a un mil 100 pesos al mes, en la que vive con su esposa y dos hijos, aborda el camión y parte hacia el sitio donde tiene que formarse a las cinco treinta de la mañana, según la ruta que le tocó recorrer en la semana. Debe llegar a tiempo para evitar ser multado con 15 pesos y que se le impida realizar la primera vuelta.
A las seis y media de la mañana, entonces, empieza formalmente su jornada laboral. Francisco Castro es conductor de uno de los camiones de las empresas Choferes del Sur y Transportes Urbanos de la Ciudad de Oaxaca (Tucdosa).
Competencia por rutas
Durante las siguientes 16 horas recorrerá una y otra vez la ruta. En cada vuelta debe demorar una hora, si se pasa de ese tiempo también puede ser multado; compite en cada calle por recoger el mayor pasaje posible, acelera, baja la velocidad, espera en las paradas estratégicas en las que regularmente sube más gente, vuelve a acelerar.
La competencia es fuerte porque las rutas están saturadas y todos buscan subir a las suficientes personas que les permita juntar el dinero para cubrir la cuenta que deben entregar al patrón, la cual nunca es menor a mil pesos; así como para llenar el tanque con diésel al final de la jornada y que asciende a mil 500 o mil 700 pesos; y lo que sobra, será su ganancia, a veces pueden ser 500 pesos si le ha tocado una ruta buena o hasta 200 pesos, si es de baja afluencia de usuarios.
Todo en un camión en pésimas condiciones, con las llantas lisas, agujeros en los pisos, al que no le funciona la tercera velocidad y debe brincar de la segunda a la cuarta directamente.
Jornada extenuante
Cuando son las 10 de la noche, su jornada diaria de trabajo ha terminado, pero antes de regresar a su casa debe ir a la gasolinera, llenar el tanque del camión y conducir hacia donde se encuentra el patrón para realizar las cuentas. Quizá para cuando llegue a su casa, si tiene suerte, son las 11 de la noche. Sus hijos, ya duermen.
Así es de lunes a domingo. Se supone que tiene derecho a cuatro días de descanso al mes; los patrones, sin embargo, únicamente le dan un domingo cada 15 días; no obstante, si no hay alguien que lo cubra, tiene que laborarlo o de lo contrario es acreedor a una multa de 500 pesos más el pago de la cuenta al patrón, la cual puede ser de mil a tres mil pesos, dependiendo de la ruta. Pensar en descansar en los días festivos, imposible.
Luchan por sus derechos
Desde el 20 de marzo, Francisco Castro forma parte de una huelga de trabajadores de las empresas Choferes del Sur y Tucdosa para exigir la renovación del contrato colectivo de trabajo, y mejoras en sus condiciones laborales.
Lorenzo Gutiérrez Baltazar tiene siete años trabajando como chofer, los tres últimos en Choferes del Sur. Conduce un camión de los llamados convencional, los cuales recorren las rutas menos lucrativas. Su jornada empieza a las seis y 15 minutos de la mañana, pero debe levantarse a las cuatro de la mañana y partir desde la casa que renta a mil pesos al mes en la colonia González Guardado, en la que vive con su esposa y dos hijos, una niña de nueve años y un niño de seis.
En sus peores días, llega a ganar entre 80 y 50 pesos. “A ellos no les interesa que hayas cargado poco pasaje, ellos exigen el pago de la cuenta completa y si no trabajas el domingo, son 500 pesos de multa más la cuenta”, detalla.
La mayoría de las unidades se encuentran en pésimas condiciones. FOTO: Carlos Román Velasco
Patrón golpeador
Los cobros de la cuenta llegan al absurdo, según Lorenzo Gutiérrez. Cita el ejemplo de uno de los socios de la empresa, llamado Tomás Navarro, quien supuestamente llega a golpear a los choferes que no llevan el dinero completo; además de cobrarles hasta los aceites que se usan para el motor de las unidades.
“Hay muchos patrones que te meten los adeudos, hay otros que de ratero no te bajan. Inclusive hasta con golpes o toques. Por eso muchos choferes de él no están en la huelga, por amenazas. Cuando inició la huelga trajo una bola de cholos para amedrentarnos, inclusive se llevaron carros”.
Choferes pagan descuentos
El huelguista Francisco Castro, aseguró que es falso que los empresarios o socios de Choferes del Sur y Tucdosa, absorban el costo del descuento del 50 por ciento que se realiza a estudiantes y personas de la tercera edad.
Los choferes conducen las unidades con llantas desgastadas, lo que pone en riesgo la seguridad de los usuarios y de los mismos conductores. FOTO: Carlos Román Velasco
Invariablemente, dijo, los choferes deben entregar la cuenta que les imponen sus patrones y no importa que gran parte del pasaje que hayan transportado ese día, sean de estos sectores de la sociedad.
Al final, quien absorbe el costo son los conductores de los camiones urbanos. “No es cierto nada de eso, porque el subsidio lo estamos dando nosotros, con esas barras que nos pusieron no nos dan más que 28 estudiantes al día”.
El trabajador explicó que tras la implementación de las barras contadoras en los camiones, los empresarios únicamente les admiten los descuentos a 28 estudiantes. El resto lo deben absorber ellos.
“Entonces, en la noche, cuando nosotros entregamos, siempre nos falta dinero. Porque sólo ellos saben cómo manejan esas barras”.
