En la infancia trabajó con su padre en el campo en su natal Huautepec, pueblo de la Sierra Mazateca. A los 14 años emigró a la Ciudad de México para trabajar como cantinero ante la falta empleo, después regresó se dedicó al campo otra vez, se interesó por la política, ingresó al PRI, fue presidente municipal y ahora llegará a la 63 Legislatura local.
–En la Sierra Mazateca, se sabe que usted proviene de una familia indígena campesina y que su infancia fue difícil, ¿es cierto o es parte de una estrategia política?
–No, es cierto. Soy indígena mazateco, provengo de una familia campesina, así nací, así crecí. Mi infancia fue dura, como la de muchos otros oaxaqueños. Trabajé en la milpa y en el café con mi papá con azadón no con yunta por las condiciones orográficas. Después, solamente con estudios de primaria, tuve que migrar a la Ciudad de México.
–¿A los cuántos años salió de su pueblo y en qué trabajó?
–A los 14 años, hablaba poco castellano. Fui cantinero en bares y restaurantes de las colonias Roma y La Condesa, que eran de franceses y argentinos. Ahí, estuve de 1981 hasta 1993 porque decidí regresar al pueblo.
–¿Por qué regresó a Huautepec?
–La ciudad fue creciendo y me fui aburriendo, preferí el pueblo. Regresé a trabajar la milpa y el café. Aunque hay poco terreno donde sembrar porque es pura montaña y piedras. Se sufre mucho para sembrar.
–¿Y por qué su interés en la política?
–Cuando regresé en 1993, había mucho división en el pueblo, eran dos grupos: PRD y PRI. La gente que me conocía me dijo "vente para acá" y así me fui por este lado para trabajar y apoyar a la gente. El PRI es el partido que siempre se escucha en los pueblos; ningún otro partido me gustó. Así, llegué a ser síndico y después presidente municipal.
–¿Ya había intentado antes ser diputado?
–Es la tercera vez que me registré como aspirante; antes no me tocaba.
