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Alimento y consuelo en hospitales, un bálsamo para el alma

Foto(s): Cortesía
Redacción

Oaxaca.- Las penas con pan son menos, dice el adagio popular. Lo son menos con chocolate, café o atole, y con un taco de ricos guisados. Todavía mejor si es en tiempo de crisis espiritual, física, moral, a causa de una enfermedad. Y excelso aun si va acompañado con una oración para sanar el alma y reconfortar el espíritu.


Eso pasa continuamente en clínicas y hospitales de Oaxaca, donde cientos de personas viven prácticamente a la intemperie en espera de un diagnóstico y/o atención para su paciente. Eso ocurre cotidianamente en el Hospital General Dr. Aurelio Valdivieso, que es el que concentra el mayor número de personas de escasos recursos y que viven doble o triple tragedia, y en la calle.


Ahí se dan cita, cada fin de semana mayormente, grupos de religiosos católicos, de los llamados protestantes o cristianos evangélicos e incluso los practicantes de yoga. Todos ellos, sin importar el color o credo, actúan como buenos samaritanos para llevar palabras de consuelo y un alimento.



 


A las ocho de la mañana, aún con el frío, las bebidas y la comida caliente son un auténtico oasis afuera o adentro del nosocomio.


Fe y esperanza


Uno de varios grupos altruistas es el de los evangélicos de la iglesia Semilla de Mostaza, ubicada en en el centro de la ciudad, quienes continuamente recorren, por las mañanas o por las noches, hospitales como el Civil, el de la Niñez Dr. Guillermo Zárate Mijangos e incluso nosocomios del IMSS o del ISSSTE, donde también hay múltiples carencias de alimento físico y espiritual.


“Lo hacemos desde hace más de cuatro años; los hermanos cooperan y apoyan no solamente para elaborar los alimentos, sino para repartirlos”, dice Maricela Hernández, una de las feligreses de dicha denominación.


Las enfermedades del alma


A la par que se reparte atole con pan entre las decenas de personas que pernoctaron en la sala de espera exterior del nosocomio Dr. Aurelio Valdivieso, la mujer les habla con denuedo:


“Jesucristo vino a nacer hace dos mil años, pero quiere nacer en nuestro corazón cada día. A través de él podemos tener salud, salvación, fe, bienestar, sanación, sólo él puede salvarnos. Jesucristo vino a sanar nuestras enfermedades del cuerpo, pero también nuestras enfermedades del alma, él nos tiene buenas noticias”.



 


De acuerdo con Maricela Hernández, desde el 7 de octubre de 2012 realizan este tipo de actividad cada 15 días y no han faltado una sola ocasión; mientras un grupo de evangélicos va al Civil, otros acuden al resto de centros hospitalarios a llevar alimentos y de paso predicar.


“En ocasiones, cuando en nuestras posibilidades está y de acuerdo con la gravedad del caso, también apoyamos económicamente. El amor cristiano no solamente se debe reflejar en diciembre sino debe ser una forma de vida; a través de la Biblia hemos aprendido a hacer misericordia, entonces lo que recibimos damos, venimos no como una rutina sino como una oportunidad de apoyar a la gente. El propósito de nuestra fe no solamente es vivirla, sino transformarla en hechos, eso es lo que nos mueve”, añade la mujer, que invita al público en general a acudir a Semilla de Mostaza, que se ubica en el número 400 de la calle Leandro Valle, en el centro de la ciudad de Oaxaca.


Múltiples historias


Mujeres y niños en su mayoría son los beneficiados, como la menuda fémina originaria de la Mixteca pero que llegó a vivir en la zona conurbada de la capital por varias razones, y principalmente por la enfermedad.


Desde hace 16 días, Herminia se encuentra en el Hospital Civil, pues tras dar a luz a su nena, la pequeña tuvo diversas complicaciones; “le faltó aire para nacer, y le dio neumonía, ya se había recuperado pero le hicieron estudios del corazón, pero salió bien, aunque sí tiene una infección en el pulmón, le quedan siete días de antibióticos”, dice ella, que ahora renta un cuarto en San Antonio Arrazola, Xoxocotlán.


Drama similar vive un grupo de mujeres que procede de San Agustín de las Juntas, a unos cinco kilómetros al sur de la capital. En estado de ebriedad, el marido golpeó de manera salvaje a su hija, hasta dejarla inconsciente, así está desde hace una semana.


Mientras disfruta de dos tacos de huevos con ejote y un vaso de caliente ponche, narra que a una semana su hija no reacciona, por lo que se encuentra bajo observación en la Unidad de Cuidados Intensivos.



 


Un caso más es el de Rufina Ramírez, que junto con su marido aceptó que los cristianos evangélicos rogaran a Dios por su problema: complicaciones en los dos riñones, que prácticamente ya no le sirven.


“Ya me atendieron, pero me dijeron no tiene salvación mi enfermedad, nada más le ponen a uno unas mangueras (diálisis), entonces voy a platicarlo con mi esposo, mis hijos, y según lo que me digan vemos que hacemos, pero definitivamente ya no funcionan los dos riñones” dice resignada la originaria de San Miguel Peras, Zaachila.


“Cosas buenas”


“También hay cosas buenas, hay que hablar de esas cosas buenas que se hacen todos los días. En Oaxaca no solamente hay malas noticias; hay que dar a conocer buenas noticias, que son mucho más”, dice Antonia Díaz.


Ella es responsable del grupo de Kundalini Yoga, que el fin de semana llevó alimentos, ponche, tacos de guisados y pan, a las decenas de familias que pernoctaron afuera del Hospital Civil.


En entrevista, relata que la idea surgió hace tres años a partir de ver las necesidades de la gente y la forma de ayudarlos de corazón, a través de alumnos.


“Normalmente lo hacemos una vez al mes o lo más frecuente que podemos, para dar algo de corazón a los familiares de pacientes que normalmente tienen muchas carencias, duermen en el frío, carecen muchas veces de dinero para adquirir sus alimentos”, dice.



También coincide en que no solamente en Navidad o en fiestas decembrinas se debe procurar al prójimo, sino todo el tiempo.


“Todos somos uno, todos somos hermanos y todos tenemos necesidades, entonces creo que lo que damos, Dios nos lo multiplica. Además no solamente debe ser en una época, sino todo el tiempo, en todo momento, porque las carencias son permanentes”, expone, al tiempo de invitar a conocer Kundalini Yoga, que se localiza en la calle González Ortega 408, en el centro de la capital.


38.5% de oaxaqueños con carencia a servicios de salud en 2010
1 de cada 5 con carencia en salud en 2012
19.9% afrontan carencias en salud en 2016



Cita


"El amor cristiano no solamente se debe reflejar en diciembre sino debe ser una forma de vida":
Maricela Hernández, del grupo Semilla de Mostaza

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