La Comisión Europea está determinada a progresar en su proyecto para reformar la Eurozona, pese a la crisis política en Alemania, declaró este martes a la AFP el vicepresidente de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis.
"No podemos detener nuestro trabajo únicamente porque haya elecciones en un país o se intente formar una coalición gubernamental en otro", explicó el ex primer ministro letón, bajo cuyo mandato el euro entró en vigor en Letonia en 2014.
"En una unión de 28 democracias o potencialmente 27 [tras la marcha prevista de Reino Unido el 29 de marzo de 2019], siempre hay elecciones en alguna parte", agregó el vicepresidente responsable del Euro, después de que la canciller alemana Angela Merkel fracasara en su intento de formar gobierno.
Por ello, este austero físico de formación, de 46 años, asegura que los proyectos de la Comisión siguen adelante y que presentarán su paquete de propuestas para la reforma de la zona euro el 6 de diciembre "como estaba previsto".
Posibilidades
Entre las propuestas figura una "línea presupuestaria de la zona euro incluida en el presupuesto de la UE", tal y como había anunciado en septiembre el titular de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker.
Esta "línea presupuestaria" tendría varias funciones: estabilizar la zona euro en caso de impacto económico, acompañar la preadhesión de sus futuros miembros y apoyar las reformas estructurales puestas en marcha.
Este plan parece ir menos lejos que el del presidente francés, Emmanuel Macron, favorable a un presupuesto consecuente y propio de la zona euro, que permitiría también "recaudar dinero en común".
La Comisión también busca transformar el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), cuya misión es ayudar a los países de la Eurozona en dificultades, en un "Fondo Monetario Europeo", que remplazaría al FMI en los programas de rescate en el bloque.
El Fondo Monetario Internacional (FMI), que se mostró reticente a participar en el tercer plan de rescate a Grecia, es blanco de las críticas crecientes en la UE.
Este "FME" podría también convertirse en el garante de los bancos en dificultades en la zona euro, si las medidas adoptadas por los establecimientos financieros y los gobiernos nacionales en el marco de la Unión Bancaria no sean suficientes.
