Pasar al contenido principal
x

Agua que no has de beber … ¡no la dejes correr!

Foto(s): Cortesía
Citlalli López Velázquez

Te levantas de la cama. Tu primer pensamiento se centra en ir al baño. Abres el grifo de la ducha. Durante dos minutos, el agua escapa hacia la coladera antes de que el cálido vapor te llame a ingresar. 


Aunque el reloj te grita lo tarde que es, no sacrificas ni un minuto de los 15 que destinas al ritual matutino. Escuchas el correr del agua entre las rendijas que conducen al desagüe, justo en donde el agua limpia que escurre de tu cuerpo libre de jabón, se mezcla con los cuatro litros de agua utilizados para borrar del inodoro los 300 mililitros de orina; y los dos litros que se llevaron para limpiar los dos gramos de pasta dental durante el cepillado.


En menos de 30 minutos de tu jornada del día, has consumido un 60 por ciento de lo óptimo recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS); pero en tu mente, los 80 litros percápita establecidos, son sólo una cifra. En tus hábitos, la única limitante para tener acceso al agua, es abrir el grifo.


Decides dar una segunda lavada a tu cabello tarareando una canción. El agua se va desvaneciendo hasta ser sólo gotas que rebotan en el eco del baño. Te quedaste en jabón.


Se consume más de lo necesario




De no cuidarse el agua, las futuras generaciones enfrentarán severas crisis. FOTO: Emanuel Salinas

La única vez que pensamos en la verdadera importancia del agua, es cuando sentimos su ausencia; sin embargo, con excepción de las colonias en donde no hay acceso al agua entubada, en las ubicadas en las zonas céntricas existe un uso irracional.


Aunque el nivel óptimo de consumo recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) es de 80 a 100 litros diarios, llegan a consumirse más de 200 litros al día en labores domésticas, como lavarse los dientes y manos, ducharse o ir al baño.


En la toma de conciencia sobre el uso racional del agua, las y los niños se convierten en un ejército defensor del recurso natural.


“Cuidar el agua es importante porque se acaba y ya no podríamos lavar nuestra ropa, los trastes, lavarnos las manos”, explica Ezra Alejo, de cinco años de edad, durante su visita a la planta potabilizadora de agua de Servicios de Agua Potable y Alcantarillado de Oaxaca (SAPAO).


En el lugar, un centenar de niños y niñas se alista el casco amarillo sobre la cabeza para conocer desde dentro la importancia de ganar la batalla contra el desperdicio del vital líquido.


Del cerro al grifo




Después del proceso de potabilización, el agua cambia de amarillo a cristalina. FOTO: Emanuel Salinas

Antes de llegar al grifo de la cocina, el agua que se consume en casa pasa por un largo y costoso proceso para que pueda ser potable y de uso doméstico. Éste inicia desde la captación del agua que proviene de los cerros.


En el caso de la capital, el agua es enviada al cárcamo ubicado cerca del Instituto Tecnológico de Oaxaca (ITO). Ahí se da un tratamiento de cloración y posteriormente es enviada para su tratamiento hacia la planta Fortín I establecida en las faldas del Cerro del Fortín.


Una vez en el lugar, el agua es sometida a un proceso de oxigenación y floculación que implica un proceso químico mediante el cual se aglutinan las sustancias coloidales presentes en el agua, facilitando de esta forma su decantación y posterior filtrado.


El siguiente paso es la sedimentación, la cual se realiza a través de unas canaletas que las lleva hacia una especie de colador gigante para retirar la basura que pudo haber caído en el agua, ya que esta parte del proceso se realiza al aire libre.




Después del proceso de tratamiento, el agua queda cristalina. FOTO: Emanuel Salinas

Al concluir esta etapa, el agua pasa al área de filtros, en donde hay seis tanques que tienen al fondo cuatro capas o camas (cantera, arena, cantera y carboncillo) que sirve como un segundo filtro. Y finalmente es enviada a un tanque de distribución y al de almacenamiento, completamente lista para ser enviada hacia los domicilios de la zona centro y norte de la ciudad.


Todo este proceso se hace necesario, ya que el agua disponible es rica en fierro y manganeso, minerales que pueden ocasionar daños a la salud en el ser humano, como sarro en los dientes, afectaciones en riñones, hígado y piel.


Lo ideal es que pudieran tenerse 140 litros por segundo, pero durante la temporada de estiaje, el nivel baja considerablemente e impide tener los niveles óptimos para la distribución, señala Bricia Esteva García, jefa del departamento de Cultura del Agua y Atención Comunitaria de SAPAO.


Si al bajo nivel de aforo de agua en temporada de estiaje se añade el desperdicio en los hogares, el problema se agrava.


“Las y los niños son los mejores vigilantes y guardianes del agua. En cuanto ven que el papá o la mamá no cierra la llave de agua, ellos son quienes piden que no gasten el agua. Ellos son los mejores difusores en la población”, señala.


El verdadero ahorro en casa


A través de pequeñas acciones realizadas en casa, es posible tener un ahorro hasta del 40 por ciento del agua que habitualmente se consume.


Algunos cálculos realizados sobre la utilización del agua, indican que tomar una ducha por 15 minutos a llave abierta consume 60 litros de agua; lavarse los dientes directo del grifo, dos litros; una descarga del inodoro, de cuatro a ocho litros; lavar los trastes de la comida, 20 litros; lavarse las manos con el agua corriendo, tres litros.


Esteva García indica que hay pequeños trucos que se pueden aplicar para reducir las fugas; por ejemplo, al esperar la caída del agua caliente, retener el agua fría con un balde; ésta servirá para el inodoro o lavarse las manos con jícara y dientes con un vaso.


Otra medida que puede aplicarse es engañar al inodoro. Esta acción consiste en colocar dentro del depósito de agua del retrete dos botellas de plástico con agua para elevar el nivel y ahorrar por lo menos un litro de agua en cada descarga.


Esta acción será implementada en las distintas escuelas de la capital para disminuir el consumo del agua. El programa piloto se establecería en las escuelas Abraham Castellanos, Presidente Miguel Alemán, Basilio Rojas, Pestalozzi y Benito Juárez. Al tener gran población infantil, el gasto de agua y el costo que representa, llega a ser excesivo.


Otras acciones que se pueden realizar en casa son las cosechas de lluvias, es decir, la captación de agua pluvial para el uso del inodoro o en jardines.


Derroche de agua


4 a 8 litros de agua en la descarga del inodoro


60 litros por 15 minutos de ducha


50 a 200 litros en lavado de ropa


3 litros por lavarse las manos con el agua corriendo


1.5 litros por lavarse los diente



 

Noticias ¡Cerca de ti!

Conoce los servicios publicitarios que impulsarán tu marca a otro nivel.