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Tres cosas que pocos saben del Caso Colosio, a 30 años del magnicidio

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Foto(s): Cortesía
Israel García Reyes

En este 2024 se cumplen 30 años del magnicidio de quien fuera candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) a la presidencia de la república, Luis Donaldo Colosio Murrieta, en Lomas Taurinas, Tijuana.

La muerte de Colosio provocó una crisis política en el país y su investigación aún presenta diversas contradicciones y problemas por resolver.

Luís Donaldo Colosio Murrieta nació en Magdalena de Kino, Sonora, el 10 de febrero de 1950. Ingresó al PRI y en 1981 lo nombraron Subdirector de Análisis para la Planeación del Centro de Estudios Políticos, Económicos y Sociales (CEPES) del PRI en el entonces denominado Distrito Federal, ahora Ciudad de México.

En 1992, Carlos Salinas de Gortari nombra a Colosio Secretario de Desarrollo Urbano y Ecología (Sedue), que se convierte en Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol).

Ya en 1993 es nominado candidato a la presidencia de la república para el periodo 1994-2000. 

¿Cómo murió Colosio? 

Para entender un poco lo sucedido es importante recordar paso a paso los hechos sucedidos aquel fatídico 23 de marzo de 1994.

Ese día Luis Donaldo Colosio, con 44 años de edad, arribó al aeropuerto de Tijuana Abelardo Rodríguez, procedente de La Paz, Baja California Sur, siendo las 16:00 horas. Llegó retrasado pues el mitin se realizaría a las 16:00 horas. 

A las 16:30 el priista y su comitiva ingresaron a la colonia Lomas Taurinas, un asentamiento popular de Tijuana. Aquella ocasión, Luis Donaldo eligió una camisa azul cielo y una chamarra blanca. La tarde estaba despejada y su equipo no enfrentó obstáculos importantes en el traslado, más allá de que la calle que los llevaba al lugar del mitin era de terracería y que el acceso era complicado.

El acto político inició a las 16:35 horas en un improvisado templete instalado sobre una camioneta y ante una multitud estimada en 4 mil personas.

El mitin concluyó a las 17:08 horas y la gente se arremolinó junto al sonorense, por lo que éste se vio impedido de avanzar apoyado por un reducido círculo de seguridad. 

Una camioneta Blazer lo esperaba para trasladarlo, pero las cosas no resultaron así.


Primer dato

Uno de los datos sobresalientes es la hora del ataque de Colosio. Eran las 17:12 horas cuando, con el tema “La Culebra”, de Banda Machos, sonando de fondo en un altavoz, el candidato recibió dos disparos de arma de fuego, uno en la cabeza y otro en el abdomen.

La confusión se apoderó de la multitud. En el lugar fue detenido Mario Aburto Martínez por presuntamente haber disparado contra el sonorense.

Una fotografía del momento mostró al priista desvanecido y ensangrentado, en tanto sus escoltas lo sacaban a rastras. 

A las 17:20 horas Colosio fue ingresado al área de Urgencias del Hospital General de Tijuana y luego conducido al quirófano.

 

Segundo dato

El informe médico reportó que a las 18:55 horas sufrió un paro cardiorrespiratorio irreversible. Durante los siguientes 50 minutos los médicos realizaron labores de resucitación, pero todo fue inútil, por lo que a las 19:45 horas los médicos lo declararon muerto. Sin embargo, fue hasta las 20:47 horas que Liébano Sáenz, vocero de la campaña colosista, anunció su deceso.

Acto seguido, a las 21:30 se le practicó al cuerpo la necropsia de ley, la cual duró dos horas y estableció que la causa de muerte fue una “herida por proyectil de arma de fuego, perforante de cráneo”. 

Investigaciones posteriores revelaron que la bala de una pistola Taurus calibre 38 atravesó la cabeza de Colosio. 


Noticia del magnicidio

La noticia del deceso cimbró a la ciudadanía que pronto volcó su atención en el presunto homicida: Mario Aburto Martínez, de 23 años de edad, originario de Michoacán y radicado en Tijuana.


Tercer dato

Investigaciones posteriores revelaron que el general Domiro García Reyes, del Estado Mayor Presidencial, aprobó la celebración del mitin en aquel lugar, pese a las condiciones de inseguridad, pues sólo contaba con un único punto de acceso a través de un puente de madera. 

Además, el general Domiro no se hallaba junto al candidato al momento de los disparos, ni lo acompañaba en la gira el coordinador de la campaña Ernesto Zedillo (quien sustituyó después a Colosio como candidato presidencial). 

Muchas preguntas surgieron. La primera era si se trató de un asesino solitario o de un complot, ya que hubo un segundo detenido en el lugar: Jorge Antonio Sánchez Ortega, quien se determinó que disparó un arma de fuego, según las pruebas periciales, pero que fue puesto en libertad por falta de pruebas. Lo mismo pasó con Othón Cortés, que en un principio fue señalado como segundo tirador, pero que igualmente fue absuelto.

La segunda pregunta abordaba las motivaciones del asesinato. Una primera versión apuntó a que el candidato fue ejecutado por los cárteles de narcotraficantes temerosos de que cumpliera sus propósitos de combatirlos. Otra versión planteó que fue liquidado por negarse a renunciar a su candidatura pues supuestamente no garantizaba el triunfo electoral. 

Autores intelectuales

Se creía que podía haber dos posibles autores intelectuales, el presidente Carlos Salinas de Gortari y Manuel Camacho, quien también deseaba ser candidato a la Presidencia, pero nunca se les investigó. 

La ahora desaparecida Procuraduría General de la República atrajo el caso pese a tratarse de un delito del fuero común, la que al final determinó que Aburto actuó en solitario. 

Mario Aburto fue sentenciado en primera instancia a la pena de 42 años de prisión, pero después una segunda resolución determinó darle 45 años de prisión, quedando recluido en el penal de alta seguridad de La Palma ahora denominado Cefereso número 1 o Penal del Altiplano, en Almoloya de Juárez, Estado de México. 

Retoman las investigaciones

En 2019, con la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia de México, el expediente completo del proceso penal condenatorio contra Mario Aburto Martínez fue desclasificado. 

Se sabe que los documentos muestran testimonios inconsistentes, presuntos actos de tortura contra el acusado, presiones por parte de las autoridades y documentos inéditos que revelan contradicciones entre algunos de los principales testigos.

El mismo Mario Aburto declaró que era inocente y que fue sometido a actos de tortura para declararse culpable.

En enero de este 2024, la Fiscalía informó de la participación de un segundo tirador en el homicidio del sonorense, el mencionado Jorge Antonio Sánchez Ortega, exagente del Centro Nacional de Inteligencia (Cisen), mismo que en su momento fue rescatado por Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad Pública, quien en ese entonces era subdirector operativo del Cisen.

En la actualidad Aburto Martínez se encuentra recluido en el Centro Federal de Readaptación número 12, en el municipio de Ocampo, Guanajuato, en espera de que un tribunal resuelve un amparo que interpuso para exigir que se le deje en libertad argumentando que, según el Código Penal del estado de Baja California, entidad donde ocurrieron los hechos, la pena máxima por homicidio es de 30 años, por lo que este 23 de marzo se cumplirían los 30 años. Sin embargo, la Fiscalía General de la República (FGR) insiste en que el procesado cumpla con los 45 años de prisión que le habrían dictado originalmente.

Es así que el caso de Colosio continúa abierto y en medio de dudas que tal vez nunca se aclaren.

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