La Plaza de la Danza fue centro de reunión ayer para disfrutar del partido que paralizó a gran parte del país en el marco del Día del Padre: México-Alemania en el Mundial Rusia 2018. Y más de mil oaxaqueños disfrutaron de la transmisión en las pantallas gigantes y vibraron con el histórico triunfo de la selección mexicana de futbol.
Portando la playera de México o algún distintivo que irradiara el apoyo hacia el conjunto nacional de Juan Carlos Osorio, y por supuesto con el ánimo y la actitud de apoyar con brío y el orgullo de ser mexicano, la afición se presentó a dicha explanada.
Este masivo acto de entretenimiento a través de la efervescencia generada por el Mundial Rusia 2018, contó con la presencia de autoridades estatales y municipales. El titular del Poder Ejecutivo, Alejandro Murat y el presidente municipal de Oaxaca de Juárez, José Antonio Hernández Fraguas, estuvieron acompañados de su familia.
Júbilo y alegría se respiró a lo largo de los poco más de 90 minutos del encuentro. Como generalmente sucede en este tipo de actos, los aficionados se volvieron director técnico por unos momentos y parecían dar indicaciones a los jugadores al tiempo que no podían resistir en emocionarse al máximo con cada jugada de peligro.
El gol de México, que fue una cátedra de Hirving “Chucky” Lozano, quien puso el balón pegado al primer poste del portero alemán, dentro del área, inundó de euforia la Plaza de la Danza. Autoridades estatales y municipales y ciudadanía en general, al únisono lanzaron el grito de “¡goooool!”, impulsados de sus sillas.
Con motivo también del Día del Padre, el evento en la Plaza de la Danza incluyó actividades de recreación relacionadas con el “balompié”, como la oportunidad de disfrutar del tradicional “futbolito” y de tiros de penaltis en áreas que fueron acondicionadas para ello. Papás e hijos practicaron el disparo a gol y los reflejos de portero.
Los asistentes soltaron los hondos suspiros de sufrimiento ante la embestida de Alemania sobre el marco mexicano en los últimos minutos del partido, un cierre que despertó mayor algarabía en el festejo tras escucharse el silbatazo final.
