CIUDAD DE MÉXICO.- Rodrigo y Gabriela son trotamundos: apostaron por establecerse en Irlanda para afianzar su carrera musical.
Curiosamente, adquirieron más fama en el extranjero que en México. Hacen covers acústicos de rolas metaleras y hasta fueron considerados para ser parte del soundtrack de Piratas del Caribe: Navegando en Aguas Misteriosas.
Su trabajo como guitarristas los ha llevado a recorrer buena parte del planeta, conocer gente de todo el mundo y apreciar el arte en varias latitudes. Pero, ¿qué tan difícil es estar de aeropuerto en aeropuerto? Gabriela nos explica.
-Rodrigo y Gabriela es una banda nómada. ¿Cómo es, literalmente, vivir en las nubes?
Para mí es relativamente fácil porque en un avión, y especialmente en vuelos largos, tienes mucho tiempo para leer. Yo nunca veo la programación de entretenimiento de los aviones. Para mí es muy importante tener un espacio para leer, hacer apuntes, porque en una semana llegamos a hacer tantas cosas que se siente que pasaron dos meses.
Es muy importante escribir con tu propia mano y papel sobre qué ha pasado, a quién conocimos, a quiénes vimos en el aeropuerto y hacer una conexión más allá de "somos músicos y viajamos".
-Un aeropuerto es un mundo, pero en chiquito.
Sí, y a mí los que más me gustan son donde hay arte, música, canciones. Los que no me gustan nada son los que parecen shopping mall. Ahí ya no sabes ni quién eres, te pierdes entre tanto anuncio y a mí me gusta estar inspirada.
-¿Y en dónde has encontrado estos aeropuertos e inspiración?
El de Nashville, por ejemplo, tiene músicos tocando por todos lados: hay blues, country, músicos clásicos, y tiene esculturas con elementos reciclados. El aeropuerto de México, en la Terminal 2, también tiene un museo.
-Ustedes adoptan todo lo que viven en sus viajes, todo los inspira, como cruzar las fronteras.
Sí, a nosotros nuestra música nos abre las puertas y nos dan permisos de trabajo, pero, desafortunadamente, no todas las personas tienen ese privilegio. No somos una banda política, pero somos personas muy sensibles y con música expresamos coraje y ganas de cambiar muchas cosas.
-¿Cuántos sellos tiene tu pasaporte?
Viajo con un bonche de pasaportes porque algunos han expirado, pero tienen visas vigentes.
-¿Hotel de paso o gran turismo?
Los cuartos de hotel que me gustan son en los que puedo abrir la ventana, no hay algo que deteste más que cuando está todo cerrado y haya puro aire acondicionado. Yo necesito una ventana y que esté cerca de un parque.
-¿Comida en el avión o en Starbucks?
¡En ninguno! Soy medio payasa para comer. Soy vegana y en viajes largos tomo agua de limón. Llevo jengibre en polvo, té o manzanas. Cuando empecé con las giras, yo andaba con las chelas... ¡imagínate en Irlanda y Alemania!
-¿Prefieres la cerveza irlandesa a un mezcal oaxaqueño?
Ya no tomo, pero vi que van a dar un taller en la Condesa sobre mezcales medicinales. La Guinness ya es vegana. Hay posibilidades, pero ahorita no tomo alcohol.
-¿Dónde te hiciste vegana?
En Irlanda, allá ahorita hay un movimiento muy fuerte, pero toda mi vida he sido vegetariana. Mi mamá nunca nos dio de comer carne ni pescado. Después descubrí que los animalitos van a sufrir a la industria.
-¿Vivir para viajar o viajar para vivir?
Viajar para vivir, porque los viajes enriquecen tu vida. Puedes aprender muchísimo y tienes acceso a muchos mundos.
