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Terror fuera de serie

Foto(s): Cortesía
Redacción

CIUDAD DE MÉXICO.- No muy seguido ocurren fenómenos fílmicos como La Bruja, una pequeña película de terror aclamada por la crítica, pero atacada por fans del género que la consideran lenta y sin sustos.
Ópera prima de Robert Eggers, experto en diseño de producción y vestuario, La Bruja se ubica en Nueva Inglaterra, en el siglo 17.
Allí, en medio de una sociedad sumamente religiosa, una familia comienza a ser trastocada por fuerzas sobrenaturales malignas.
El bebé desaparece inexplicablemente y sobre la hija mayor, Thomasin (Anya Taylor-Joy), recaen sospechas de brujería.
Luego de un largo trajín por salas de todo el mundo, por fin llega a México y los espectadores podrán comprobar por qué hasta el Templo Satánico en Estados Unidos decidió apoyarla.
"La Bruja es más que una película, es una experiencia satánica transformadora", escribió Jex Blackmore, la vocera de la organización.
Eggers, quien se ha dicho influenciado por películas como El Resplandor de Stanley Kubrick y Possession de Andrzej Zulawski, no apela al susto fácil, ni a los efectos de sonido sorpresivos.
Su apuesta son las interpretaciones de su elenco, las atmósferas y el ritmo narrativo, talentos que lo llevaron a ganar el premio como Mejor Director en Sundance 2015 por este título.
La Bruja, que costó apenas 1 millón de dólares, puede ser considerada un boom en taquilla: ha recaudado 33 millones de billetes verdes allá donde se ha presentado.

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