MONTERREY, Nuevo León.- Una de las maldiciones de Hollywood recae en las estrellas infantiles que al crecer pierden brillo, son atrapadas en las garras de las drogas o desaparecen del candelero.
Hace 26 años Macaulay Culkin llenó la pantalla grande del cine mundial gracias a Mi Pobre Angelito (1990) a la que le siguieron otras cintas de aceptable reconocimiento como Mi Primer Beso (1991), Mi Pobre Angelito 2 (1992) y El Ángel Malvado (1993).
Antes de cumplir 13 años de edad el actor originario de Nueva York cobró 8 millones por aparecer en la película Ricky Ricón (1994) con la que inauguró una serie de malas decisiones y una pésima administración de sus ingresos por parte de sus padres que terminó en pleito familiar.
A partir de ese momento, Culkin fue esfumándose del ojo público hasta convertirse en un adolescente y, más tarde, en un joven huraño, excéntrico y disperso.
A la fecha lleva varios intentos por rescatar su carrera en cine, pero no ha estado en una película que le ayude a brincar su errático pasado.
En el 2001 circuló el rumor de que había muerto por una sobredosis, pero la noticia resultó ser otro chiste generado por los tabloides. Lo que sí fue cierto fueron sus dos arrestos por posesión de drogas y las entradas y salidas a centros de rehabilitación.
Se dice que las adicciones fueron la causa principal del rompimiento con la actriz Mila Kunis en el 2011, luego de 9 años de noviazgo.
Este año Culkin, que probó suerte como músico al frente del grupo The Pizza Underground parodiando la música de The Velvet Underground, tiene la oportunidad de calzarse nuevamente los zapatos de actor en el proyecto Aladdin (2016), del director Adam Green que se estrena el 15 de abril en Estados Unidos.
En la cinta comparte créditos con Zoë Kravitz, hija del músico Lenny Kravitz.
También está abriéndose camino, poco a poco, en televisión. Actualmente está rodando escenas de la segunda temporada de la serie cómica The Jim Gaffigan Show, donde realiza uno de los mejores papeles que sabe hacer: interpretarse a sí mismo.
Es cuestión de tiempo para saber si estos dos proyectos le ayudarán a resucitar su carrera, o, terminarán de convertirlo en un chiste de sí mismo
