Ilusionó e hizo vibrar los corazones de una nación, que por casi una hora. La Selección Mexicana de futbol jugó en un segundo tiempo frente a Arabia Saudita tal y como quería verlo todo México, desde el inicio del Mundial de Qatar 2022.
En esos poco más de 45 minutos tuvo su mejor versión el equipo comandado por el argentino Tata Martino.
Aún había esperanzas por calificar, por ello, en varios espacios y zonas de Oaxaca se vivió con gran expectativa y emoción lo que era el último partido de la fase de grupos y el decisivo de la calificación a la segunda ronda.
Una de éstas áreas en las que se disfrutó la transmisión del juego de México frente a Arabia fue la explanada de Rectoría de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO), donde se instaló una pantalla gigante, en la que el propio rector Christian Carreño observó el encuentro.
Universitarios se dieron cita en dicho punto, por unos instantes se dieron un respiro de la presión de la academia para apoyar a la Selección Mexicana, desde la Ciudad Universitaria.
Por supuesto, varios de los alumnos aprovecharon para portar la verde o algún distintivo que reflejó ese apoyo, en un día decisivo para el tricolor en Qatar.
La erupción de emociones llegó al máximo, al minuto 47´ con el 1-0 de Henry Martin y al 52’ con el golazo de Chávez, que los ponía 2-0 y que ilusionaba y hacía soñar a todo un país, olvidando, todos, por unos momentos cualquier preocupación y haciéndoles vivir instantes de enormes alegrías.
Se veía a un México que como desde hace mucho no se disfrutaba.
La algarabía estremeció CU por casi una hora.
Los nervios crecían cuando se informaba en la transmisión sobre el resultado de Polonia y Argentina.
Dos anotaciones anuladas de los verdes por fuera de lugar también desataban la euforia y luego bajaban el ánimo.
Aún había tiempo. La esperanza estaba intacta.
Terminaba el otro juego del grupo, Argentina vencía a Polonia 2-0. No alcanzaba…
Ahora México tenía el pase en sus manos, pero no llegaba el tercero, y cuando los corazones latían de tal forma que casi levantaban el escudo de la playera mexicana, apareció Salam Al Dawsari para marcar el 2-1 y sepultar las ilusiones.
Decepción en los rostros universitarios, muchos decidieron levantarse de inmediato y seguir con sus actividades.
Al final, no hubo sorpresas, la selección hizo vivir instantes de ilusión a sus aficionados como lo ha marcado su historia en los mundiales de futbol.
Pero la afición sí cumplió y volvió a apoyar desde su trinchera.
