Patricia Pacheco
SAN PEDRO POCHUTLA.- Hace siete años, siendo apenas un niño de 11 años, Raúl Herrera Aguilar le pidió a su padre que lo entrenara porque quería ser boxeador profesional. Su padre Flaviano le advirtió que tendría que ser muy disciplinado y que se trataba de un deporte muy duro y de gran exigencia; Raúl aceptó el reto y hoy él y su padre lucen orgullosos por haber conseguido, con sus propios méritos y talento, uno de sus mayores sueños: la medalla de oro en el Festival Olímpico Nacional de Boxeo 2022.
Aunque el trayecto de la familia Herrera Aguilar (originarios de Santa María Colotepec, pero pochutlecos por adopción), en el ámbito boxístico no ha sido fácil, las grandes habilidades de los cuatro hermanos Herrera y el amor que don Flaviano siente por la enseñanza de box -luego de haber sido pugilista profesional y después entrenador- y por sus propios retoños, los ha llevado hasta pináculos inimaginables.
Flaviano Herrera Cruz explicó cómo desde hace años con gran perseverancia y a través de sus propios medios ha podido entrenar a sus hijos y a otros pugilistas, con grandes resultados.
“NO NOS HACE FALTA NADA PARA SER COMPETITIVOS”
“Nunca nadie se me había acercado para apoyar el deporte. A mi me ha costado todo lo que hemos logrado con la escuela de boxeo. Hace siete años me preparé en el Comité Olímpico en varios cursos porque el boxeo de ahorita es más técnico táctico. Nosotros peleamos contra peleadores del norte y no nos hace falta nada para ser competitivos, la prueba es Raúl, quien estuvo muy por encima de sus adversarios, lo que quiere decir que sí tenemos escuela”, narra con orgullo.
A pesar del carácter que demuestra en el ring y de las cualidades que su padre describe en su técnica: “es rápido, golpea bien, golpea fuerte, bloquea bien”, lo que ha derivado en que durante los recientes años no haya jóvenes que alcancen su nivel de preparación; Raúl es un chico tímido, más bien mesurado y con un hablar un tanto pausado, sin embargo, con una clara convicción de seguir alcanzando metas cada vez más altas en el boxeo.
“Me siento contento, ya había estado buscando este campeonato, pero hasta ahora pudimos ganar la medalla de oro. Mi padre siempre me apoya y al ser mi entrenador me exige más”, señala.
Raúl, que está en la categoría 17-18 con hasta 60 kilos afirma que contrario a lo que se puede pensar, el box no es un deporte violento, sino todo lo contrario, pues “siempre se abrazan los competidores y es muy bonito”, agrega.
Aunque el box no es una disciplina con arraigo visible en Pochutla, el talento de algunos jóvenes ha hecho que brillen y su luz sea percibida por autoridades locales, como es el caso de la edil Saymi Pineda, quien hace unas semanas durante una exhibición en la localidad Benito Juárez se percató del potencial de varios jóvenes para el deporte de los puños.
