Un ambientazo se vivió el fin de semana en el estadio Eduardo Vasconcelos, en lo que fue la única visita que realizaron en la presente temporada los Diablos Rojos a su hermano menor, los Guerreros de Oaxaca.
Las emociones estallaron en cada uno de los aficionados que acudió para apoyar al equipo de casa, gozando de cada una de las jugadas a lo largo de la serie.
Bajo espléndidos atardeceres, que incluyó un poco de lluvia el domingo, se vivió el entusiasmo, la algarabía y tintes de drama.
La fila no sólo fue en las taquillas, también adentro para comprar la infaltable hidratación –la cerveza-. Los angostos pasillos del inmueble volvieron a lucir congestionados con los vendedores y los fanáticos que se movían en busca de su producto favorito.
En el lateral izquierdo, la porra visitante pintó de rojo y de ese verde turquesa que luce ahora una de las camisolas oficiales del club pingo en esta temporada.
Por supuesto, se disfrutó en familia, a lado de los amigos o del amor en pareja en el graderío, pues no faltaron quienes festejaron alguna buena jugada a su estilo, dándose un beso para sellar este momento especial de recreación y diversión.
Cuando el grupo de animación de los visitantes se decidían apoyar con algarabía, lo hacían con gran júbilo y prendiendo aún más el ambiente.
Pero la afición local no se quedaba atrás y hacía conmocionar y cimbrar el Vasconcelos con las carreras de la tropa zapoteca, siendo uno de los momentos más encendidos aquel triunfo en extrainnings en el primero de la serie (8-7).
Pero el sábado, Diablos apaleó 13-3 a Guerreros). Y el domingo, también se registró ese ambiente festivo del denominado rey de los deportes en el sector profesional en la capital oaxaqueña y con mayor razón tratándose de la visita de un equipo que también cuenta con afición en esta ciudad ante la longevidad de la organización escarlata.
El público coreó con todo el brío de su alma en la interacción del sonido local: “¡Guerreros! ¡Oaxaca!”.
Ante la euforia por la serie de estas dos organizaciones hermanas, el cielo fuertemente nublado no impidió que los amantes del beisbol asistieran al estadio y “Tláloc” culminó por colaborar para permitir las acciones.
El broche de la batalla fue electrizante, fue de locos, de volteretas.
Y Guerreros terminó dejando en el terreno de juego a los Diablos, pues perdían 10-11, pero en el cierre del noveno inning empataron con hit de Jorge Flores e increíblemente consumaron el triunfo con hit productor de Emmanuel “Spiderman” Ávila, para dejar la pizarra final, 12-11. Los bélicos ganaron la serie dos juegos a uno.
Kyle Martin conectó dos jonrones y encabezó la ofensiva de casa con cinco carreras producidas.
Se mantiene la ilusión de que la tropa califique.
Ahora, los aficionados esperan el cierre de la campaña regular, que será también en el Vasconcelos, del cuatro al seis de agosto, cuando se tenga la visita de los Tigres de Quintana Roo, en una serie en la que muy probablemente ambas novenas se estarán disputando el último boleto a los play offs.
