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“La Rondine”, de Giacomo Puccini, tomará el Teatro Alcalá

Foto(s): Cortesía
Redacción

César Mayoral Figueroa

“La Rondine” es una ópera poco representada y quizás poco conocida. Su origen es resultado de una contingencia o una oportunidad que se le presentó a Puccini en una visita a Viena en 1914, donde los empresarios del Carltheater le propusieron que compusiera una obra sentimental al estilo de Viena. Puccini aceptó y el resultado fue lo que él llamó una “comedia lírica”. 

Es una obra cómica con partes de un estilo que tanto agrada en la melodía y con sugerencias de nostalgia y una buena dosis de afecto sugerido. Respondiendo a la solicitud de estilo, se puede disfrutar de danzas y valses vieneses. Como fue expresada la opinión de la época, se trata de una obra nueva en el género: parte ópera, parte comedia musical.

Como ocurre con frecuencia, la insatisfacción del compositor le llevó a Puccini a hacer correcciones o modificaciones con finales diferentes. De hecho, hay tres versiones. Para complicar las cosas, durante la guerra, un bombardeo destruyó algunas partes y la orquestación fue compuesta por Lorenzo Ferrero, valiéndose de reducciones hechas para su interpretación al piano; de modo que el producto es, estrictamente, del estilo de Puccini.

En esta ocasión en que se recibirá la transmisión del Metropolitan Opera House, será la segunda transmisión al mundo pues el MET, siendo la primera el 31 de diciembre de 2008, hizo la transmisión al mundo. 

El argumento trata sobre el amor como un deseo y como una esperanza para Magda que vive a expensas de un rico banquero; es su pareja, pues; ella lleva una vida social ligera, frívola y resulta que la llegada de Prunnier, novio de su camarera, presenta su nueva canción “Chi il bel sogno di Doretta”, a la que Magda responde en su interior con un renovado afán por encontrar el amor, como el título de la ópera, como una Golondrina que cruzará el océano al encuentro del amor verdadero.

En el segundo acto veremos la incidencia de un conflicto. Ruggiero llegó a la reunión de Magda llevado por Prunier, novio de la camarera, y ella ve aparecer la esperanza del amor. Cuando los jóvenes van a un cabaret, Magda se disfraza e induce y realiza un encuentro afortunado con Ruggiero, con quien platica y baila en mutuo contento, ya que ellos se atraen desde el primer momento. La camarera y su novio la identifican, pero Lissete está convencida de que no se trata de su ama. Magda pide a Prunier que se lleve a Ruggiero, con la intención de que más adelante pueda alcanzarlo y continuar el romance.

Para el tercer acto, los enamorados se hallan en la Costa Azul, sufriendo el apremio de sus limitaciones económicas.  Él ya había solicitado la venia de sus padres para casarse con Magda, pero ella le confiesa la verdad de su situación como amante del banquero Rambaldo, decidiendo regresar con este y dejando a Ruggiero con el corazón destrozado.

No es una obra trágica por la muerte de algún personaje, sino por la muerte del amor que pudo haber sido y no fue. Dadas las comparaciones que se hacían en la época, no era una obra que consideran de dimensiones grandiosas, habiendo llegado a calificarla de “La Traviata de los pobres”; pero, si bien es cierto se nota la influencia de Verdi, también lo es que la propuesta de Puccini es una creación muy digna como ópera en todos los sentidos. 

Es una creación de la que en la promoción que realiza el MET, se comprueba que: “es una obra fascinante destacando la abundancia de valses exhuberantes, un tono luminoso... y una romántica visión de París y el sur de Francia”. 

Los participantes, bajo la dirección de Speranze Scappucci, son: Angela Blue como Magda, Emily Pogorelc como Lisette, Jonathan Tetelman como Ruggero y Bechzod Davronov en el papel de Prunier.

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