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(T)Amal y atole; la gran marioneta de "The Walk" es recibida en Oaxaca

amal-oaxaca
Foto(s): Cortesía
Redacción

Rodrigo Velásquez Torres

 

En días pasados, la ciudad de Oaxaca recibió la visita de la marioneta Amal.

El hecho de que una mona de calenda modificada, patrocinada por una fundación en medio oriente, manufacturada en Sudáfrica y manipulada por cuatro titiriteros extranjeros, reciba más atención y afecto por parte de la ciudadanía, que las miles de personas reales que circulan por las calles en su tránsito migratorio, nos dice mucho de cómo piensa la sociedad oaxaqueña en su mayoría, generando una extraña sensación de hipocresía social que permeó la ciudad durante la visita.

 

 

Desde siempre, Oaxaca ha sido estado de tránsito natural para migrantes de centro y sur América que buscan una mejor calidad de vida fuera de sus países de origen.

Se cuentan por miles las personas (hombres, mujeres, niñas, niños, etcétera) que intentan cruzar el territorio. Todas ellas atraviesan por terribles historias de vida, llenas de violencia, pérdidas de familiares, pandillas, guerrilla civil, etcétera. Ninguna de esas personas recibió la cálida bienvenida que la marioneta Amal.

Si bien la marioneta es una invitación a la solidaridad, la empatía y el respeto por los derechos humanos de los refugiados, en Oaxaca las instituciones, autoridades y sociedad civil se comportan de forma contraria con las personas que migran por estos caminos.

Amal representa a una niña siria refugiada, de 10 años de edad, que busca a su madre. Es el símbolo central del proyecto "The Walk" o "La Caminata", una iniciativa artística y humanitaria (además de una fundación internacional con capacidad de recibir donaciones internacionales) que busca crear conciencia sobre la situación de los niños refugiados en el mundo, como si en Oaxaca no tuviéramos, en cada crucero, familias de inmigrantes dedicados a la mendicidad o al comercio informal, para concientizarnos sobre la terrible situación que atraviesan los países de centro y sur América.

 

 

El viaje de Amal por el mundo implica una enorme cantidad de recursos para llevarla a cabo. Desde vuelos para los titiriteros, su hospedaje, el coste aéreo del transporte de la marioneta misma, la logística de transporte en el país de visita; todo ese movimiento debe ser pagado por alguien.

Con un poco de lógica se puede deducir que la fundación "The Walk" recibe donaciones que le permite hacer frente a esos gastos; ¿cuánto habrá donado el gobierno para traer a la mona de calenda mejorada a recorrer el país? Al final de cuentas, se trata de un acto artístico de performance (realizado por cuatro titiriteros y una gran marioneta) y dudo que ellos trabajen de gratis.

Para terminar, la visita de Amal a Oaxaca pone de manifiesto la terrible y clasista xenofobia que existe en nuestra ciudad contra los migrantes provenientes del sur (salvo excepciones provenientes de Argentina, Brasil o Chile).

La abrumadoramente cálida recepción que se le dio a una inerte marioneta, donde personalidades artísticas, políticas y culturales posaron sonrientemente para la foto, fue una excelente muestra de lo que se denomina "Tamal y atole para el pueblo".

 

"La visita de Amal a Oaxaca pone de manifiesto la terrible y clasista xenofobia que existe en nuestra ciudad".

Contacto y réplica:

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