Pasar al contenido principal
x

La vida es un aprendizaje que no termina: Cecilio Sánchez

Foto(s): Cortesía
Carina Pérez García

Texto y fotos: Carina Pérez García

 

SAN JERÓNIMO YAHUICHE, Atzompa, Oaxaca.- Rodeado de plantas y bajo la sombra de un árbol, Cecilio Sánchez (1957, San Jerónimo Yahuiche, Atzompa) abre la ventana a un túnel de reminiscencias y recuerda cómo fue su encuentro con el arte. El artista plástico, egresado de Bellas Artes y fundador del Taller de Artes Plásticas “Rufino Tamayo”, confiesa que en su infancia sus cuadernos estaban llenos de dibujos, algunos de los cuales intercambiaba por tareas que no le gustaban. Hoy en día es uno de los creadores más completos de su generación y un referente en la creación de sus materiales, a partir de fibras y pigmentos naturales, con un estilo único.

El pintor y escultor habla de cómo fueron sus inicios en el arte, de su formación académica, de los museos que visitó, de lo que implicó fundar un taller, de cómo ha experimentado con fibras, tierras, barros, engobes, pinturas y texturas. En su taller destacan piezas de diversas técnicas, desde sus conocidas pinturas sobre amates, cerámicas, mosaicos, máscaras, pinturas en pequeños y medianos formatos y una rebanada de sandía, pieza que forma parte de la exposición "Homenaje a Tamayo", en la plaza de la danza.

En el viaje a la trayectoria que el artista emprendió desde su taller en Yahuiche, destacan recuerdos que terminan de cerrar cada experiencia, como cuando por primera vez entró a la escuela de Bellas Artes, en el centro de la ciudad; al quedar fascinado con la exposición, supo que él tenía que inscribirse a esa escuela; al poco tiempo, uno de sus hermanos lo inscribió y de ahí continuó su formación hasta ahora. 

"El aprendizaje nunca acaba"

“El aprendizaje nunca acaba, todo el tiempo estamos aprendiendo, incluso ahora. Recuerdo cuando el propio maestro Tamayo nos decía que lo único malo de morir era que no le iba a dar tiempo terminar con todos los proyectos que tenía. Imagínese, él a su edad decía eso y nosotros éramos unos chamacos”. 

Inmerso en un proceso creativo del que hace parte a su familia, a su esposa Emilia, el artista comparte que ella trabaja duro en el taller, apoyándolo en la recolección de fibras para elaborar el papel artesanal. 

“Mi origen campesino me ha permitido conocer diferentes fibras” dice y cuenta que recolecta alrededor de fibras de campo, caña de maíz, totomoxtle, cáscara de plátano o cosas que se ha dado cuenta de que sí se pueden incorporar, con su debido proceso y secado, a su material; esto, sin tener que depredar los árboles y en cambio aprovechando el temporal que deja la maleza seca. Emilia me ayuda a hacer las tramas, machacar y hacer los pliegos; trabaja duro”, dice. 

A su taller lo ilumina una luz dorada que refleja las montañas de Atzompa por un lado y las de San Felipe por el otro. Clave en su labor es el trabajo con materia orgánica, ya que en esta suerte de alquimia, él trabaja con elementos naturales: utiliza tierras de colores: “Cuando viajo, me paro en algunos sitios para llevarme tierra, me gustan esos colores, la roja, amarilla, negra y blanca, porque me gusta utilizar estos pigmentos ya que dan otro resultado, muy diferente a los que están hechos con químicos”. 

Herencia artística

Creador de una técnica que ha perfeccionado con los años, custodio de un conocimiento que comparte con su familia, confiesa que como persona de campo no sabía de dónde le venía la inquietud por el arte, hasta que cuando comenzó a hacer piezas de barro, un día le dio a su mamá un poco de arcilla con la que comenzó a hacer una figura que los sorprendió a todos. La destreza de su madre se comprobó al instante y de ahí ella hizo algunas piezas para sus nacimientos, aunque no se dedicó a ello del todo. Otro de sus hermanos es paisajista y tiene buena técnica, comentó. Y una de sus hijas se abre camino en las artes. 

Después del viaje en el tiempo, Cecilio Sánchez aterriza en su taller y lo recorre, cuenta anécdotas de sus piezas, de las experimentaciones y sobre todo de sus gozos personales. Está por terminar una pieza que formará parte de la exposición colectiva en "Homenaje a Tamayo", la segunda sandía, ya que la primera fue vendida. Esta pieza es rica en textura y color, sello personal del artista. Y a días de recibir un reconocimiento más a su trayectoria, él sigue sencillo, abierto, compartido y generoso. 

 

“Pienso que para entender o apreciar una pintura, es necesario ver más allá de lo superficial; tratar de penetrar un poco en el mundo del pintor y así tener elementos para percibir lo que nos ofrece en cada idea, línea, forma y color”.

Cecilio Sánchez

Artista

Noticias ¡Cerca de ti!

Conoce los servicios publicitarios que impulsarán tu marca a otro nivel.