Dalia Gutiérrez/Agencia Reforma
Monterrey, Nuevo León.- Por allá de 1950, una hija del ex Presidente Plutarco Elías Calles llamada Hortensia pidió al pintor Jesús "Chucho" Reyes Ferreira una escenografía para una fiesta de disfraces que se llevaría a cabo en Los Pinos.
El artista creó un mural móvil con piezas de gran colorido, alusivas al arte popular mexicano, que luego de la celebración fue guardado por Hortensia en una caja de hojalata, lo que permitió que se conservara por décadas.
Ahora, esta obra de 14 metros de extensión será la pieza central de la exposición "Celebración cromática. Chucho Reyes y su universo estético", que mostrará la Nave Dos del Centro de las Artes bajo la curaduría de Mariano Meza.
"Es un mural, de alguna manera efímero, que Jesús Reyes Ferreira quizás jamás pensó que algún día en el 2022 lo íbamos a estar viendo", señaló el curador.
Nacido en Guadalajara en 1880 y fallecido de 1977, Reyes es considerado uno de los pintores más influyentes en la consolidación del arte mexicano.
Cuando tenía 33 años, relató Meza, acondicionó una tienda de antigüedades en su casa. Ahí empezó a vender objetos y obras de arte que envolvía con papeles de china pintados con anilinas, lo que él llamaba "papeles embarrados".
Estos papeles estaban inspirados en motivos y colores del arte popular mexicano. Las personas comenzaron a coleccionarlos y él dejó de usarlos como envoltura para empezar a comercializarlos y regalarlos como piezas de arte.
Al reunir una muestra importante de su trabajo artístico, la expo rinde homenaje al pintor. "Hablar de la obra de Jesús Reyes Ferreira también es hablar de México", destacó el curador Meza.
"Cuando nos mencionan la palabra 'México' lo primero que se nos viene a la cabeza siempre son los colores. Jesús Reyes Ferreira hace algo inteligentísimo, que es entender los colores con los que se realiza el arte popular y qué sentido tienen".
La muestra se integra por 84 piezas, algunas de ellas obras de coleccionistas particulares que acompañan la exposición para que los asistentes puedan conocer aquellos objetos en los que el pintor se basaba para crear.
Como anticuario, indicó el curador, el pintor entendía y trabajaba con el sincretismo de México. En sus obras se pueden encontrar desde figuras religiosas hasta sacrílegas, demonios y calaveras, así como los clásicos gallos que caracterizan su trabajo.
El mural móvil es una obra única por su historia, colorido y estado de conservación. Se compone por más de 120 elementos sueltos que, al ensamblarse con alfileres, arman siete figuras de más de 2 metros de altura: gallos, flores, nubes y corazones, hechos con blanco de España y anilinas sobre cartoncillo.
Esta obra se había mantenido guardada por un coleccionista particular y sólo se había expuesto en el Palacio de Bellas Artes de Ciudad de México, en 2018.
En el anuncio de la exposición estuvieron, además de Meza, Emma Molina, directora del Centro de las Artes, y Elisa Téllez, coordinadora de Museografía y Exposiciones del espacio.
