Rebeca Pérez Vega
GUADALAJARA, Jalisco.- Un viaje por la naturaleza humana: por sus más oscuras motivaciones, pero también por sus caminos más luminosos, por la dualidad y los contrastes, es el que propondrán la directora de orquesta Alondra de la Parra y la artista clown Gabriela Muñoz, con el espectáculo "The Silence of Sound", que se presentará 9 y 10 de septiembre en Guadalajara.
Este montaje, que ambas artistas trabajaron durante siete años, es también una invitación a la reflexión: a desaparecer los estereotipos en torno a la creación de espectáculos escénicos y borrar los patrones acerca de las ideas que se tienen alrededor del director de orquesta, que se ha convertido en la figura patriarcal en la industrial de la música de concierto.
"Es una reflexión sobre todos los patrones de esta industria, del rol que tiene el director de orquesta en este sistema completamente patriarcal que llevamos siempre aceptando como tal, en el cual de pronto yo no encajo", describe De la Parra, quien ha tomado la batuta de reconocidos ensambles en países como Estados Unidos, Francia, Alemania, Suiza, Suecia y Australia.
"Mi liderazgo siempre ha sido muy distinto al que el sistema ha exigido, y eso ha sido difícil: por qué tenemos que liderar desde el miedo, por qué tenemos que confrontar de manera agresiva, por qué tenemos que no escuchar, por qué tenemos que ser perfectos y sabelotodo, por qué tenemos que ser la figura que todos admiran y que nunca se quiebra, pero cómo puede ser eso si somos humanos y no hay persona que no se quiebre y no hay persona que no tenga debilidades".
El espectáculo tiene varias lecturas: es una travesía poética por el poder de la música, por la belleza que se encuentra en las contradicciones del ser humano, por los sueños, la imaginación y a veces la cruda realidad.
"Como hilo conductor hablamos del alter ego de una directora de orquesta, de la sombra de ese niño que cada adulto trae adentro, que le va diciendo cosas, pero también hablamos de la vida misma, porque también tocamos no solo el trayecto de este personaje para encontrar la felicidad o el mundo maravilloso, sino su camino en el que hay muchísima dualidad como cualquier ser humano.
"Conforme crecemos y dejamos de ser niños nos ponemos capas de protección, eso es parte de la vida también, y la idea es cómo poder abrazar la luz y la oscuridad que traemos dentro, la belleza y la fealdad, la fortaleza y la vulnerabilidad, el sonido y el silencio", expresa Muñoz, mejor conocida como "Chula The Clown", una reconocida artista del cabaret y el arte circense.
Ambas artistas trabajaron juntas en la creación del espectáculo, escribieron al alimón esa narrativa de contrastes y De la Parra propuso un repertorio con piezas de autores como Claude Debussy, Bela Bartok, Igor Stravinsky, Serguéi Prokófiev, Federico Ibarra y Johannes Brahms, entre otros, que será interpretada por la Orquesta Sinfónica de Minería.
Complicidad escénica
Esta cooperación entre las intérpretes tiene también elementos de coincidencia profundos, resalta De la Parra: una directora de orquesta es una especie de persona desarraigada, que no pertenece a la orquesta, que está fuera del círculo común, como ocurre con un payaso, que también está fuera de los márgenes, que dice lo que los demás no se atreven.
"El clown es siempre el outsider, el que está fuera, el que puede burlarse, decir lo que nadie se atreve a decir, el que puede burlarse de sí mismo y en muchos sentidos, yo como directora de orquesta siempre he sentido que soy la outsider también", narra la directora de orquesta.
La programación del repertorio para "The Silence of Sound", tenía que ver con delinear un concierto que tuviera valor por sí mismo a través de la música, por lo que se interpretan movimientos completos, advierte De la Parra, quien añade que sin darse cuenta las piezas seleccionadas configuran una especie de autobiografía.
