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Alfonso Robles Villasante “El Muerto”, ícono de la bohemia oaxaqueña

Foto(s): Cortesía
Redacción

Por Isela Sedano

Nacido de Ejutla de Crespo en 1940, Alfonso Robles Villasante “El Muerto”, es un ícono de la bohemia oaxaqueña, al ser considerado uno de los mejores guitarristas que haya dado el estado. Con sus armonías y felling impresas en cada acorde, formó a varias generaciones de trovadores, que el cumplir más de 50 años en la escena, fue homenajeado.

Hijo de don Alfonso Robles, quien tocaba el banyo y la guitarra formando parte de la afamada agrupación “Guitarras Oaxaqueñas”, “El Muerto” heredó esa destreza para dialogar con el diapasón y su afinidad por la música cubana.

Desde el sexto año de primaria, sus maestros lo llevaron un 21 de marzo a Guelatao, donde cantó y el gobernador Manuel Cabrera Carrasquedo al escucharlo, le regaló en palacio de gobierno su primera guitarra, donde arrancó su amor por las cuerdas que ejecutaba jugando desde entonces con maestría.

Al entrar al Instituto de Ciencias y Artes del Estado, hoy Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, formó con Manuel Bolaños y Francisco Espinoza Valencia un grupo musical que amenizaba reuniones en el Paraninfo Universitario y tocaban en la “Casa de la Gringa”, donde llegaban grupos de visitantes extranjeras y se sorprendían al escuchar sus acordes.

Más tarde, empezó a tocar con un guitarrista y excelente cantante de apellido Rojas, a quien acompañaba en una cantina que estaba en la calle de Constitución y  Pino Suárez, para luego formar parte de grupos, como el que encabezaba el maestro Manuel Bustamante Gris y luego “Los Beethovens”, de los hermanos Porras, entre otras agrupaciones.

Su incursión por el bolero y el rock and roll se enriqueció cuando José Torrentera lo introdujo al mundo del jazz, ampliando su conocimiento del contratiempo, la anacrusa y las escalas, sin dejar de tocar la música cubana; cuenta que en una ocasión lo  llamaron para tocar en una fiesta familiar en la ciudad de México, donde lo escuchó Carlos Santana y lo invitó a tocar con él en Estados Unidos, pero su amor por Oaxaca y las noches bohemias lo atrajeron más.

Maestro de varias generaciones de guitarristas y trovadores oaxaqueños

Alfonso Robles fue reconocido por su trayectoria el pasado jueves en un céntrico restaurante de esta capital, donde se escucharon nuevamente sus acordes y uno a uno de los participantes, entre ellos Susana Harp, Martha Sáenz, Juan Martínez, Feliciano Marín, Edgar Salinas, Adán Fu, Arturo Guerra, José y Fortino Torrentera, y la energética voz de su nieta Gaby Cachetina, rindieron tributo a “El Muerto”; fue una velada de recuerdos y buena música para despedir al enorme trovador oaxaqueño, quien en breve cambiará su residencia a Guadalajara.

Vaya pues un reconocimiento para Alfonso Robles “El Muerto”, por su larga trayectoria y la huella profunda que deja en la música de su amada Oaxaca.

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