Alejandro José Ortiz Sampablo
El sábado se cumplieron 167 años del natalicio del investigador del alma más importante que ha visto nacer este mundo.
El sábado por la noche, al iniciar el estudio en el pequeño círculo que hemos formado para dar paso a lo que, hasta ahora, es uno de los proyectos más ambiciosos por parte del Instituto, nuestro colega Jesús nos recordó que era el día en que nació Sigmund Freud, conocido por ser el creador de la Psicología de lo profundo, el Psicoanálisis. Por tal motivo, me disculpo con ustedes, amables lectores, ya que no daré continuidad a la nota de la serie correspondiente, hasta el próximo viernes.
Anteriormente he mencionado cuán afortunado he sido al haberme encontrado con el Psicoanálisis, contingencia de la que sigo recibiendo beneficios. En las ocasiones en que me percato de actos nacidos desde mis impulsos (sea porque me lo señalan o porque yo mismo soy quien cae en cuenta), me pregunto: ¿qué hubiese sido de mí si no hubiese tomado conocimiento de ese mundo interno que me habita, y que soy yo mismo? Puedo decir, sin temor a equivocarme, que tomar conciencia de lo profundo de nuestra alma ⎯que se expresa en nuestras conductas y afectos⎯ a muchos hombres y mujeres nos brindaría la posibilidad de ser menos canallas.
El recorrido de Freud
Freud inició su investigación pretendiendo dar explicación a las enfermedades llamadas nerviosas, y al final del camino, terminó por brindarnos una psicología de lo normal. Es decir, con los instrumentos que creó para dicha explicación, pudo elucidar para nosotros los procesos psíquicos que nos acontecen en nuestra vida cotidiana. Una cualidad que le permitió hacer lo mencionado, la podemos leer precisamente en el texto que tomamos como directriz para elaborar los trabajos que pronto presentaremos en el círculo de estudio de los sábados: “Psicología de las masas y análisis del yo”, donde Freud dice lo siguiente:
…Yo mismo habría podido hacerlo desde el comienzo, ahorrándome muchas impugnaciones. Pero no quise porque prefiero evitar concesiones a la cobardía. Nunca se sabe a dónde se irá a parar por ese camino; primero, uno cede en las palabras y después, poco a poco, en la cosa misma…
Los temores del Yo
Freud fue de esos pocos hombres que privilegiaron su ciencia sobre el beneficio personal, y no dudó en brindarnos aquello que descubrió en su investigación del alma humana, como él lo menciona, sin ceder en nada, sin importar que, tanto en su época como hoy en día, su persona sea motivo de escarnio por parte de quienes se ofenden. ¿Por qué el Psicoanálisis habla de sexualidad? ¿Por qué dice que el Yo no es dueño de su propia casa?; la verdad es que quien se somete a un psicoanálisis descubre cosas que siempre lo han habitado, solo que a la entidad psíquica llamada Yo es imposible verse a sí misma, y a muchos los ofende en demasía, pues al Yo, una vez descubierto, le cae el peso de sus actos; que en muchas ocasiones podríamos decir, son de índole canalla. Esta es la razón de mayor peso por la que muchos rechazan al Psicoanálisis, pues ante él, la hegemonía del Yo se siente amenazada.
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