Pasar al contenido principal
x

Miscelánea: Días de traición y crímenes del México antiguo

foto
Foto(s): Cortesía
Redacción

Leonardo Pino

En el corto lapso de su gestión, el presidente Madero no pudo erradicar el arraigado porfirismo que durante más de 30 años consolidó un régimen contrario a la justicia social y la democracia. Muchos gobernadores, verdaderos caciques de sus estados, militares, burócratas, la prensa y las clases sociales más adineradas y socias del sistema, apostaron al fracaso del gobierno constitucional.

Mientras la reacción se organizaba y fortalecía, el presidente Madero rechazaba los justos reclamos y reivindicaciones agrarias del Plan de Ayala, combatía al Ejército Libertador del Sur, liderado por el general Emiliano Zapata y negaba la amnistía a Francisco Villa, exiliado en El Paso, Texas. Este era el escenario que originó la llamada cruel “Decena Trágica” que comenzó el 9 de febrero y duró hasta el 18 de febrero de 1913, en la Ciudad de México. Los generales Bernardo Reyes y Félix Díaz, se rebelaron contra el gobierno constitucional.

Los leales al presidente fueron derrotados por las fuerzas golpistas y se consumó la traición. Fueron arrestados el presidente y vicepresidente de la Nación, a los que luego obligaron a dimitir.

Apresados en Palacio Nacional, Madero, Pino Suárez, junto al noble general Felipe Ángeles, fueron obligados a presentar la renuncia a sus cargos: “Ciudadanos secretarios de la Honorable Cámara de Diputados: En vista de los acontecimientos que se han desarrollado de ayer acá en la nación, y para mayor tranquilidad de ella, hacemos formal renuncia de nuestros cargos de presidente y de vicepresidente, respectivamente, para los que fuimos elegidos. Protestamos lo necesario. México, 19 de febrero de 1913. Francisco I. Madero. José María Pino Suárez.

Henry Lane Wilson, embajador de Estados Unidos de América en México, firmó con Huerta el “Pacto de la Embajada” y ambos acordaron la formación de un nuevo gobierno y el asesinato de Madero y Pino Suárez, ocurrido el 22 de febrero de 1913.

Según el diputado González Garza, Madero comentó: “Como político he cometido dos graves errores que son los que han causado mi caída: haber querido contentar a todos y no haber sabido confiar en mis verdaderos amigos”.

Los cadáveres de Madero y Pino Suárez fueron arrojados en la penitenciaría, y al día siguiente sepultados, en una ceremonia desolada a la que asistieron pocas personas. El silencio de la prensa, nunca como en ese momento, fue sepulcral y los temerosos diputados enviaron una Comisión de “Honor” a felicitar al usurpador Huerta, quien fue reconocido como presidente interino de la República, por los poderes Legislativo, Judicial, por la prensa y la mayoría de los estados.

El sanguinario Huerta instaló un régimen dictatorial, similar al del depuesto Porfirio Díaz, causando graves retrocesos a la Revolución surgida en 1910.

El Ulises oaxaqueño Alberto Hernández

En la ciudad de Oaxaca de Juárez, el 27 de febrero de 1882, nació José María Albino Vasconcelos Calderón.  El niño oaxaqueño fue, en su vida adulta y hasta el final de sus días, un protagonista de la vida nacional y una figura controvertida en sus facetas como abogado, político, escritor, promotor cultural, educador, funcionario público y filósofo.

En 1920 fue nombrado rector de la Universidad Nacional y, desde ese puesto, trabajó intensamente en la campaña para federalizar la educación. En 1921 se logró establecer la Secretaría de Educación Pública (SEP) y Vasconcelos asumió su titularidad, de donde llevaría a cabo diversos cambios en los planes de estudios, como fue el caso de la Escuela Nacional de Maestros, lo que dio paso a la creación de las secundarias a lo largo de todo el país.

Su vida, nada plácida, fue la de un cometa que dejó tras de sí una gran estela de controversias, que en la actualidad siguen siendo temas de debate.

Por ejemplo, su caracterización del Padre de la Patria, don Miguel Hidalgo, al que juzgó como caudillo de una conspiración “obra de provincianos oscuros”, que no tenía grandes capacidades intelectuales, sino el nivel de instrucción de cualquier “cura de pueblo”. 

El parteaguas de su vida, fue la campaña presidencial de 1929, de la que emergió como candidato derrotado, debido al fraude operado por el oficialismo. Esta circunstancia ocasionó un radical cambio en su perspectiva política y lo llevó a dar su apoyo a los proyectos más reaccionarios de la época.

De su profusa obra escrita, los libros más conocidos son: La raza cósmica, 1925; Ulises criollo, 1935; La tormenta, 1936; Breve Historia de México, 1937; El desastre, 1938; El proconsulado, 1939; El ocaso de mi vida, 1957 y Las Cartas Políticas de José Vasconcelos, 1959, entre otros.

Su odisea concluyó cuando tenía 77 años de vida; falleció el 30 de junio de 1959, en la ciudad de México. En sus exequias, don Antonio Castro Leal pronunció en la oración fúnebre: “José Vasconcelos, maestro y amigo, profeta y pecador, filósofo y amante, ya pasó la tormenta; se aquietaron las olas, se durmieron los vientos y llegaste al puerto quebrantado, dolido, inconforme”.

 

El año del Centauro Alberto Hernández

Al cumplirse este año, el centenario del asesinato del general Francisco Villa, el Poder Ejecutivo de la Federación propuso la declaratoria “2023, Año de Francisco Villa, el revolucionario del pueblo”.

En la exposición de motivos, el presidente de la Nación sostuvo que “Doroteo Arango, mejor conocido como Francisco Villa, fue uno de los personajes más importantes de la Revolución Mexicana” y agregó que “sin la conducción que hizo de la División del Norte, el ejército popular más poderoso en la historia de México, no hubiera sido posible el triunfo revolucionario, ni la destrucción del estado oligárquico y de su ejército, ni las reformas sociales que la Revolución produjo en favor de los sectores populares. Es eso lo que ha hecho perdurar en la memoria colectiva a Villa y que la gente más humilde lo recuerde como uno a uno de los suyos y utilice su figura para orientar sus luchas y demandas”.

Durante este año, vamos a publicar aquí, en MISCELÁNEA, testimonios, documentos y anécdotas del general Villa, a fin de poner algunas luces en su biografía, misma que ha sido tergiversada por la historia oficial.

Comenzamos evocando al general del pueblo, con testimonios de John Reed, el periodista de Estados Unidos de América que convivió algunos meses con el general y su tropa.

Cuenta Reed, en México Insurgente:

 

* La gran pasión de Villa eran las escuelas. Creía que la tierra para el pueblo y las escuelas resolverían todos los problemas de la civilización. Las escuelas fueron una obsesión para él. En un mes de gobierno, Villa estableció más de cincuenta escuelas allí.

* Por largo tiempo, Villa había deseado ansiosamente tener una educación. Se puso a estudiar con todas sus fuerzas para aprender a leer y escribir. A los nueve meses podía escribir regular y leer los periódicos.

* Villa no bebe ni fuma, pero a bailar no le gana el más enamorado galán en México.

* Villa, que nunca había oído hablar de las Reglas de la Guerra, llevaba en su ejército el único hospital de campaña, como no lo había llevado nunca ningún ejército mexicano.

* Era conocido en todas partes como El Amigo de los Pobres. Fue una especie de Robin Hood mexicano.

Noticias ¡Cerca de ti!

Conoce los servicios publicitarios que impulsarán tu marca a otro nivel.