Lecturas para la vida: Eje Central | NVI Noticias Pasar al contenido principal
x

Lecturas para la vida: Eje Central

ciudad
Foto(s): Cortesía
Redacción

Rafael Alfonso

Aeropuerto

Su emoción es tan grande que no hay forma de hacerle frente. Ella se va. El viaje de su vida. Le acompaño en el tumulto con la calma de un dinosaurio. Sonríe a cada paso, se sobresalta con la incertidumbre propia de los viajantes por las filas y las formalidades aeroportuarias. Hay entre nosotros una distancia determinada de antemano —ya no es una niña—. Hace tiempo que habita una monstruosa ciudad que la ha hecho suya, sin embargo, tenemos un lazo más fuerte que cualquier tiempo y cualquier distancia. Un desayuno calmo y un abrazo apresurado antes de enfilar a la sala de espera, donde ya no puedo acompañarla, fueron nuestra despedida. Veo sus negros cabellos pasar los filtros de revisión, semiocultos por unas mamparas dispuestas para separarnos. Ya no estoy con ella, pero sólo hasta que despega el avión, puedo retirarme.

Primera noche. Eje Central

¡Cuántas cosas pueden suceder en la enormidad de esta urbe! ¿Las espero con emoción o con miedo? Me integro en solitario al flujo de una ciudad desconocida en donde la oscuridad no me es cómoda. La suave llovizna no alcanzó a convertirse en lluvia. Los afanadores lavan con ella el mármol del Palacio de Bellas Artes y su fuente se llena de adolescentes fúricos. Hoy fue un día esperanzado y un poco triste. Tras embarcar a mi hija, me quedé con un hilo de nostalgia instantánea. Es mi primera vez aquí desplazándome por mi cuenta, sin su guía, y no sé a dónde ir, ni qué comer. Sólo he aprendido a tomar un trolebús, el mismo, de ida y de vuelta para no perderme.

Última noche. Oscuridad

Ha sido un día largo. La mañana cálida se transformó de súbito en un mediodía frío y nublado. Llovizna por ratos. Resueltos los encargos, corro al departamento para abrigarme y salir a dar un último paseo antes de viajar de vuelta a casa. La noche me sorprende en la calle de Donceles. Con ella se desata un aguacero que parece tomar a todo mundo desprevenido. Camino apresurado cerca de la catedral, cuando sobreviene un apagón que deja todo el primer cuadro a oscuras, incluyendo a la plancha del zócalo. Llovido y a oscuras, un tanto extraviado, concluyo mi paseo y analizo cómo volver.

[email protected]

Noticias ¡Cerca de ti!

Conoce los servicios publicitarios que impulsarán tu marca a otro nivel.