Pasar al contenido principal
x

Genbaku Bungaku: literatura japonesa post atómica

bomba
Foto(s): Cortesía
Redacción

Rafael Alfonso

La llegada de la era atómica en Japón marcó un antes y un después en la historia del país y en la mente de su gente. Las ciudades de Hiroshima y Nagasaki fueron devastadas por las explosiones nucleares, y miles de vidas quedaron destrozadas en cuestión de segundos. Es imposible que un acontecimiento de tal magnitud no se vea reflejado en la cultura japonesa. En medio del caos y la destrucción, emergieron voces literarias que buscaban expresar el insondable dolor y la desesperanza que se había apoderado de toda una nación, tras la tragedia y la consiguiente rendición ante los aliados que puso fin a las pretensiones expansionistas de la potencia asiática.

El Genbaku Bungaku, o literatura de la bomba atómica, es una corriente literaria nacida en Japón después de las devastadoras detonaciones de las bombas nucleares en las ciudades de Hiroshima y Nagasaki en agosto de 1945. Esta se caracteriza por enfocarse en el trauma, el sufrimiento y la búsqueda del sentido de la vida en el Japón de la posguerra. Los autores del Genbaku Bungaku utilizaron sus obras para expresar el dolor y la angustia que marcaron a su nación y también para reflexionar sobre la responsabilidad moral y las consecuencias mismas de la guerra.

Uno de los autores más influyentes de esta corriente fue Yasunari Kawabata, ganador del Premio Nobel de Literatura en 1968. Su novela "País de nieve" (1947), es considerada una obra seminal de la corriente. Otro autor destacado del Genbaku Bungaku fue Kenzaburō Ōe, quien recibió el Premio Nobel de Literatura en 1994. Su novela "Navegación en aguas tranquilas" (1947) abordó temas de la responsabilidad moral y la culpa a través de la historia de un joven soldado que sobrevivió a la guerra y que lucha por encontrar redención en un Japón destrozado.

Otra figura destacada en el movimiento del Genbaku Bungaku fue Toshimi Nakai. Su novela "Doncellas aullando en la noche" (1946) es una obra poderosa que refleja la devastación y la desolación de Hiroshima. Tamiki Hara por su parte, se centró en el impacto de la guerra en la psique humana. Su novela "Verano, fuego y cenizas" (1947) es una poderosa exploración de la lucha interna de un joven soldado que sobrevivió al primer bombardeo.

Contrario a lo que se pudiera creer, el gobierno japonés desalentaba expresamente hacer referencia a las tragedias de Hiroshima y Nagashaki, a las bombas y a la radioactividad, pretextando la necesidad de “superar el trauma nuclear”. Así desestimaba la literatura hecha bajo esas premisas. Esta especie de tabú contemporáneo incluso afectó la forma en que los medios japoneses informaron a su audiencia acerca del desastre nuclear en Fukushima, acaecido en 2011. Esta actitud, contraria a la lógica, debió ser una imposición de los aliados como parte de los acuerdos de rendición de 1945. Estados Unidos, en particular, mostró en los años de posguerra una férrea censura a cualquier tipo de obra literaria que mencionara el punto.

A pesar de todo, la influencia del Genbaku Bungaku se extendió más allá de la literatura y de Japón, alcanzando un impacto significativo en otros terrenos del arte, como la pintura y  el cine. La película "Hiroshima, mi amor" (1959) dirigida por Alain Resnais, con guion de Marguerite Duras, es un claro ejemplo.

 

"Los autores del Genbaku Bungaku utilizaron sus obras para expresar el dolor y la angustia que marcaron a su nación".

Noticias ¡Cerca de ti!

Conoce los servicios publicitarios que impulsarán tu marca a otro nivel.