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AGEO: El origen de la Guelaguetza (Primera de dos partes)

Foto(s): Cortesía
Redacción

Jorge Nicolás Hernández

 

El término Guelaguetza se deriva del vocablo zapoteco guendalezaa, que significa “ofrenda, presente o cumplimiento”. Es una de las tradiciones con más popularidad en el estado de Oaxaca. La Guelaguetza tiene su origen desde la época prehispánica; cabe mencionar que esta festividad comenzó con un ritual para los dioses antiguos en el lugar denominado por los zapotecos como Daninayaaloani o Cerro de Bella Vista. En esa época, los antiguos mexicas adoraban a diversas deidades, entre ellas la Diosa Centéotl, quien representaba a la Diosa del Maíz y a la que adoraban y respetaban.

Cintéotl o Centéotl, que en idioma náhuatl significa “dios del maíz” o, más precisamente "energía del maíz", en la cultura mexica en ocasiones se considera un ser dual, hombre y mujer, o bien solo del sexo masculino; en sexo femenino, pasó a ser Chicomecóatl que, según la cosmovisión mexica, nació de la unión de Piltzintecuhtli, dios-energía de los temporales, y de Xochiquétzal, diosa-energía de la belleza, de las flores, de la juventud y de la fertilidad, patrona de las jóvenes, del embarazo, de los partos y de los oficios de las mujeres, que tras su nacimiento se refugió bajo la tierra y se convirtió en distintos sustentos; de entre ellos, el maíz divinizado. Entre sus diversos cultos, se le celebraba junto a Chicomecóatl, la diosa-energía de la agricultura, de las cosechas y de la fecundidad.

La gran fiesta del maíz

Centéotl era celebrado en el mes Huey tozoztli del calendario mexica de 365 días. Los plebeyos seleccionaban mazorcas de maíz de sus cultivos que posteriormente serían secadas y usadas como semillas para cultivarlas. Llevaban estas mazorcas (cintli o cantil en náhuatl) a sus casas para ofrecerlas como culto bajo el nombre de Centeotl´s iixiptla; después, estas mazorcas eran depositadas en sus graneros.

En otro ritual, las mazorcas de maíz eran agrupadas en grupos de siete y eran llevadas al templo de Chicomecóatl. Estas mazorcas representaban a Centéotl, quien se convertiría en el corazón del maíz almacenado y sería la semilla del maíz que se plantaría en el futuro.

Tenemos que remontarnos varios siglos atrás a una época en donde el Continente Americano florecía con costumbres propias y los pueblos prehispánicos dominaban la cultura.

En aquel entonces, durante la época de lluvias, en Oaxaca se rendía tributo a las deidades del maíz y la agricultura como agradecimiento por las buenas cosechas. Como ocurrió en otras partes de lo que hoy es México, estos festejos fueron prohibidos por los misioneros españoles, que los consideraban paganos.

Época católica

En cambio, se instituyeron las fiestas a la Virgen del Carmen en esas fechas, como un festejo sustituto con matices cristianos. Finalmente, en 1932 nació la celebración moderna conocida como Guelaguetza, un homenaje a la diversidad étnica y cultural de Oaxaca.

Esta fiesta tiene su origen en la época colonial y está relacionada con la llamada Fiesta de Corpus de la Iglesia del Carmen Alto, templo que las Carmelitas construyeron en las faldas de un cerro al que los zapotecas habían llamado de la Bella Vista. Se permitía al pueblo hacer un festejo laico, a partir del lunes siguiente al 16 de julio y a los ocho días siguientes -consecuente con el culto religioso- se repetía en la octava; era una verbena popular desde entonces conocida como «Lunes del Cerro» y su repetición “Octava del Lunes del Cerro”. 

Para saber

Centéotl era celebrado en el mes Huey tozoztli del calendario mexica de 365 días. Los plebeyos seleccionaban mazorcas de maíz de sus cultivos que posteriormente serían secadas y usadas como semillas para cultivarlas. Llevaban estas mazorcas (cintli o cantil en náhuatl) a sus casas para ofrecerlas como culto bajo el nombre de Centeotl´s iixiptla; después, estas mazorcas eran depositadas en sus graneros.

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