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El lector furtivo: Los padres de la fotografía

niepce-daguerre
Foto(s): Cortesía
Redacción

Rafael Alfonso

 

En el vasto panorama de la historia, muchas contribuciones fueron decisivas para dar luz a lo que hoy conocemos como fotografía; desde el anónimo congénere que imprimió su huella en las cavernas prehistóricas, hasta Thomas Wedgwood, a quien solo faltó fijar las imágenes que lograba imprimir de manera efímera ⎯sin olvidar a los entusiastas de la cámara oscura, como Leonardo Da Vinci⎯.  El trabajo en solitario de varios de ellos arrojaron resultados asombrosos y fundamentales en este sentido, pero el trabajo en equipo fue sin duda una de las claves para  alcanzar el éxito de esta empresa.

Nuestra historia inicia en la Francia del siglo 19, una época de efervescencia científica y tecnológica. Joseph Nicéphore Niépce y Louis Daguerre fueron dos visionarios que marcaron un antes y un después en la historia de la humanidad, al conseguir la impresión de una imagen en un material fotosensible y fijarla permanentemente sin detrimento de su calidad.

Niépce era un rico terrateniente de espíritu inquieto y un entusiasta investigador. Inventó, junto con su hermano, el pireolóforo (1807), el primer motor de combustión interna que fue empleado en pequeñas embarcaciones. Por su parte, Daguerre era un pintor y artista teatral que sobresalió por la invención del diorama, un complejo mecanismo para dotar de un realismo inédito a los decorados escénicos. Para ello, era fundamental el manejo realista de la perspectiva, mismo que logró auxiliándose de la cámara oscura.

Cada uno de ellos por su lado investigaba, como muchos contemporáneos, la posibilidad de fijar las imágenes que la cámara oscura proyectaba. Estas investigaciones les llevaban a requerir lentes dedicados y es aquí donde entra la figura de Charles Chevallier, fabricante de lentes que vendía sus productos a ambos y quien los puso en contacto. Por insistencia de Daguerre se creó la Sociedad Niépce-Daguerre. Esta se formó con el fin de alcanzar el sueño común de capturar la realidad a través de la luz.

Creada en 1829, la sociedad  les permitió unir fuerzas y conocimientos en su incansable búsqueda de un proceso fotográfico viable. Aunque para la fecha en que se constituyeron como sociedad, Niépce había ya logrado fijar imágenes en metal, papel y cuero experimentando con betún de juedea y diversas sales de plata, Daguerre aportó su experiencia en la óptica y en los efectos visuales, pero su contribución esencial la hizo un 21 de mayo de 1831, al descubrir que el yoduro de plata era la sustancia idónea para conseguir las primeras fotografías.

A la muerte de Niépce, Daguerre modificó el contrato original anteponiendo su nombre al del difunto, para después patentar el invento como Daguerrotipo, el cual, tras varios intentos infructuosos se presentó con éxito en 1839 en la Academia de Ciencias de Francia, causando un impacto sin precedentes. La sociedad francesa y el mundo en general se maravillaron ante la posibilidad de preservar la realidad a través de la fotografía.

La técnica, basada en la exposición directa de una placa de cobre plateada a la luz, permitía obtener imágenes nítidas y detalladas, aunque requería tiempos de exposición prolongados y un proceso de revelado minucioso. El daguerrotipo revolucionó la forma en que el mundo concebía y capturaba las imágenes, marcando así el inicio de una nueva era.

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