Adriana Fernández / Agencia Reforma
"Serán echados a las tinieblas. Ahí será el llanto y crujir de dientes," dice Jesús, en uno de los pasajes más célebres y sombríos de la Biblia. Una advertencia para los impíos. De un mundo tenebroso y desesperanzado nos habla Batman.
Ciudad Gótica. Los asaltos y la violencia están a la orden del día. Los criminales acechan a los incautos y a los débiles. Pero entre las sombras, un personaje enmascarado vigila y susurra su nombre: es Venganza y está sediento de ella.
El relanzamiento de la franquicia de Batman chorrea un tinte oscuro: la enorme urbe fulgura en la oscuridad, tanto con las luces neón de los decadentes centros nocturnos, como con los balazos de los malhechores. El cielo es gris. La lluvia nunca se detiene.
Los desechos se acumulan: no sólo los cartones y las latas, también la basura encarnada en criminales de alto perfil y poca monta. Y también en la autoridad hay una dualidad. La narrativa visual nos comunica esta podredumbre.
Es interesante cómo en este filme, tan cercano al cómic original, hay una constante alusión a las máscaras: como símbolo de hipocresía, pero también como artilugio de liberación. La máscara esconde, pero en su anonimato palpita el verdadero ser, ya sea maléfico o heroico.
Portándola está, nuestro vigilante: un Robert Pattinson ojeroso y pálido, genuinamente torturado por su pasado. Más joven. Más enojado.
Como contraparte está otro enmascarado: el Acertijo. Paul Dano da vida a un villano de antología. Verdaderamente espeluznante.
Zoë Kravitz convence como la intensa Catwoman. Collin Farrell está irreconocible como "el Pingüino", relucen John Turturro y Jeffrey Wright, entre otros.
Esa ciudad llena de secretos y de pasado tiende sus redes hacia nosotros. Ojalá contáramos con la batiseñal para librarnos de los malosos.
BATMAN
Califica: Tres estrellas
Dirige: Matt Reeves.
Actúan: La bat.
Duración: 175 min.
